Revista Dracma | Edición Agosto | Page 10

10 Enfoque Centroamericano Latinoamérica Dracma Agosto 2014 Pedro Belli Ph.D. Política Óptima de Comercio Internacional ¿Qué justificación económica tienen los impedimentos al libre comercio internacional? Para un país pequeño como Nicaragua, no existe ninguna justificación para imponer cualquier tipo de impedimento al comercio internacional. Según la teoría económica, el comercio internacional en Nicaragua debería ser totalmente libre. No debería haber ningún impuesto a la importación, ninguna cuota, ningún impuesto selectivo de consumo. D esde hace mucho tiempo, los economistas han señalado la simetría entre los impuestos a la importación y los impuestos a exportación, argumentando que un impuesto a la importación es a su vez un impuesto a la exportación. Esto es fácil de ver si consideramos la fabricación de cualquier producto, en especial aquellos que utilizan insumos importados. Consideremos la manufactura de camisas. Cualquier impuesto a la importación de tela o de botones, de tinte o de energía, sube los costos de manufactura de una camisa, haciendo exportación menos rentable. Lo mismo sucedería si en vez de gravar las materias primas, se gravara el producto terminado al exportarse. En pocas palabras, los impuestos a la importación tienen el mismo efecto sobre la competitividad de las exportaciones que los impuestos a la exportación: la reducen. Para Nicaragua, un país con un enorme déficit en la balanza de pagos, gravar las exportaciones se vería como una locura, pero gravar las importaciones no se considera locura, sino algo muy normal. Sin embargo, el efecto de los impuestos a la importación sobre las exportaciones es igual al efecto del impuesto a la exportación. Ambos reducen la competitividad de Nicaragua en el mundo. Esta simetría entre los dos impuestos es lo que ha dado lugar a la persecución de toda clase de artimañas para evitar el impacto nocivo de los impuestos a la importación sobre las exportaciones. Las zonas francas han sido uno de los más