Con la evolución de los mercados y de la tecnología el cambio ha de ser habitual, como fuente de oportunidad para el crecimiento, siendo las personas el principal recurso competitivo de las organizaciones (Pereda y Berrocal, 1993). Cada vez es más necesaria la articulación entre distintas entidades para llevar adelante proyectos innovadores, siendo uno de los desafíos más importantes del director de proyectos la capacidad para desarrollar habilidades actitudinales y gerenciales poniendo especial énfasis en la naturaleza vincular del espacio interinstitucional con los diferentes retos que ello implica.
La tercera edición del Manual de Oslo hace hincapié en el papel de los vínculos con otras empresas e instituciones públicas o privadas en el proceso de innovación.
En referencia a la guía PMBOK, el involucramiento del director de proyecto en la concepción del caso de negocio y en la transferencia de los resultados ha de ser cada vez más relevante, poniendo en evidencia, nuevamente la naturaleza vincular pertinente, antes del inicio y después del cierre del proyecto para garantizar el éxito del mismo.
HORIZONTE 2020, es un programa de la Unión Europea basado en tres pilares: ciencia excelente, liderazgo industrial y retos sociales destinados a financiar proyectos consorciados en forma competitiva. Sin duda, esta interdisciplinaridad y complejidad requiere de un director de proyecto capaz de afrontar los desafíos de gestión que implica armonizar e integrar intereses diferentes en pos de un objetivo común.
Frente al incremento de la complejidad de los proyectos, el futuro del director de proyectos también depende de su propia evolución personal reflejada en una metodología virtuosa de gestión. Cabe preguntarse, ¿los expertos de hoy, serán los expertos de mañana?
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EDITORIAL
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Maria Eugenia Lopez Mortola, PMP®
Voluntario de Desarrollo Profesional del PMI Capítulo de Panamá
Editora de la Revista