REVISTA DIRECCIÓN DE PROYECTOS PMI PANAMÁ FEBRERO 2017 | Page 4

¿Quién es aquella niña discreta

que nos oculta tras la careta

todas las gracias de su perfil?

¿Cuál, la gitana?__dice mi amigo__,

¿No la conoces? Ven y te digo,

y allí, en voz baja, tu nombre oí.

¡Qué hermosa estabas, niña gitana;

Cómo evocabas la caravana,

el gran desierto, el cielo azul!

¡Cómo evocabas la hermosa Alhambra

y la morisca y alegre zamba

bajo el radiante sol de Stambul!

Bajo tu influjo surgió en mi mente

todo el prestigio del viejo Oriente

con sus perfumes y su Kefir.

Te vi de un árbol bajo la sombra:

Adivinabas el porvenir.

Te vi danzando los cadenciosos

aires gitanos, a los hermosos

sones del crótalo y del tambor,

y oí el sonido de cascabeles

mientras brillaban los oropeles

en tu vestido de raso y gro.

¿Quién que vio entonces tus negros ojos

no soñó un drama donde los rojos

corvos alfanjes se ven lucir. . . ?

Sobre la arena un hombre muerto,

luego un jinete que en el desierto

veloz se aleja con su botín.

De aquella fiesta todo ha pasado,

las colombinas se han alejado,

no hay más que pajes, murió Pierrot.

Sólo tus ojos son hoy los mismos,

ojos muy negros cual dos abismos,

¡ojos gitanos de tentación!

Martes de Carnaval, por

Demetrio Fábrega

Nuevos Ritos, N°. 129

Publicado el 1 de julio de 1913