REVISTA DIRECCIÓN DE PROYECTOS PMI PANAMÁ ABRIL 2017 | Page 15

4. El entorno o mercado, donde se producen cambios y retos permanentes, tales como, en el campo de acción del negocio, en la cadena de producción donde se actúa, en la conformación de diferentes posibles sistemas de valor para ofrecer productos y servicios nuevos y/o mejorados. En palabras de Díaz (2013), para cada una de estas fuentes de información, el conocimiento debe hacerse explícito y ser administrado, transformado y enriquecido para su uso, con fines que generen valor a las organizaciones; para ello, no sólo es necesario evaluar y re pensar el core de los negocios actuales sino identificar los ramos que la empresa debería considerar en el futuro, las organizaciones necesitan criterios para modificar (crear, mantener o incluso desaparecer) cada uno de sus productos y/o servicios en el momento oportuno y también para mejorar sus procesos (gerenciales, administrativos, de producción y apoyo), lo cual es lo que les permite producir y competir más y mejor (Díaz, 2013), y para lograrlo, per se ya se constituyen proyectos intrínsecos que deben ser gestionados con conocimiento interno y externo para tomar decisiones gerenciales.

Ahora, Escalante, Salazar, Gómez & Gómez, (2014) proponen que con el objetivo de llevar a buen fin la gestión de proyectos es necesario que se cuente con ciertos elementos claves, el conjunto de esos elementos constituye un sistema de gestión de proyectos en el que cada elemento individual se denomina un subsistema. Todos los sistemas se componen de entradas, salidas y un proceso que transforma las entradas en salidas, lo mismo sucede con cada uno de los componentes de un sistema de gestión de proyectos. El sistema de gestión de proyectos consta de siete componentes o subsistemas, que son los siguientes: a. Sistema de planificación. b. Sistema de información. c. Sistema de control. d. Sistema de técnicas y metodologías. e. Sistema de organización. f. Sistema cultural. g. Sistema humano. Entre ellas se incluyen la capacidad para proporcionar liderazgo adecuado a los miembros del equipo; capacidad para negociar los recursos necesarios para el proyecto con los clientes, los miembros del equipo y otros directivos; habilidades para crear un equipo; habilidades de comunicación, y conocimientos de motivación. Un gerente de proyectos necesita menos habilidades técnicas pero mayores habilidades conceptuales (capacidad para tener una perspectiva de conjunto) y mejores habilidades en cuanto a relaciones humanas, conforme se va progresando en el proyecto (Escalante et al 2014).

Se puede concluir entonces que existen múltiples modelos y propuestas metodológicas de gestión de conocimiento, que discurren en proposiciones teóricas holísticas, epistemológicas y otras con alguna orientación práctica que abordan la causa y el efecto del conocimiento en cualquier entorno. Pero son Díaz & Torres (2014) quienes confirman que la integración entre las estrategias de gestión de proyectos y aquellas de gestión de conocimiento juega un papel importante como práctica generadora de conocimientos en la búsqueda de mecanismos para la agregación de valor, sin embargo y aunque existen algunos desarrollos conceptuales avanzados, existen pocas propuestas metodológicas prácticas y sistémicas que hayan podido concretarse, dejando esta integración aun en un marco teórico lleno de definiciones sin piso de aplicabilidad. Pero ¿qué relación sostienen la gestión de proyectos y la gestión de conocimiento? una primera respuesta es la generación de información en la ejecución de las fases o actividades del proyecto, donde se construye para su dominio de problema un repositorio de información a partir de documentos resultantes, que pasan a ser componentes desagrupados de la memoria organizacional. Otra acepción, está dada por la integración de ambos conceptos a través de la vinculación de procesos de gestión de proyectos a la gestión de conocimiento, que refiere a los modelos que se supone tienden a orientar a una aplicación práctica en donde a partir de un derrotero o un plan sistemático para abordar prácticas y actividades se pretende el alcance y desarrollo del proyecto. (Díaz, & Torres 2014).