REVISTA DIRECCIÓN DE PROYECTOS PMI PANAMÁ JULIO 2017 | Page 21

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humanos que forman parte de un equipo de proyecto y orientarlos hacia el cumplimiento de los objetivos planteados. adaptarse constantemente.

La aplicación de estas seis herramientas, al estar fundamentada en la cultura inherente a la humanidad misma, es universal y aplicable a todos los interesados internos y externos al proyecto, incluyendo contratistas, clientes y por supuesto, aquellos sobre los que sí se tiene autoridad formal. Es de resaltar también, que estas herramientas son aplicables entre todos los niveles jerárquicos del proyecto, es decir, pueden utilizarse para influenciar hacia niveles jerárquicos superiores, iguales e inferiores.

La aplicación de estas herramientas debe enfocarse en la búsqueda de resultados a largo plazo, priorizando los objetivos de la organización por encima de los objetivos personales. Caso contrario, el efecto podría resultar contraproducente y generar una pérdida inmediata de credibilidad. Es de resaltar, que el mal uso de estas herramientas, atenta contra uno de los valores que sustentan el código de ética del PMI: Honestidad.

Reciprocidad: “Dar para recibir”

El principio de reciprocidad es una de las herramientas de influencia más poderosas y eficaces que poseemos. Si alguien nos hace un favor, nos sentimos de alguna forma obligados a devolver el favor. Este favor no necesita ser devuelto de forma inmediata ni de la misma forma como nos fue otorgado el favor original. En ese sentido, el que otros miembros del equipo de proyecto nos deban favores se constituye en una herramienta muy poderosa de gestión. Incluso la gente a la cual no le agradas puede quedar atada a ti, a través de este principio. Para realizar efectivamente el intercambio es importante averiguar previamente qué es lo que valora la persona que queremos influenciar, caso contrario, no surtirá efecto. Lo que para nosotros es valioso, no necesariamente lo es para los demás. La mejor forma de averiguar esto, es acercarse a la persona que se desea influenciar, a través de nuestras redes de contactos, para obtener información al respecto. Existen otras maneras menos evidentes que un favor directo para hacer uso del principio de reciprocidad. Es así que este principio también incluye las concesiones. Como punto de partida de una negociación, se espera que la persona a ser influenciada realice una concesión, como respuesta a una primera concesión recibida.

Como ejemplos de la aplicación del principio de reciprocidad en los proyectos tenemos el préstamo de recursos humanos especializados y escasos entre gerentes funcionales o directores de proyecto, así como el acelerar el término de una actividad predecesora de otra actividad que se encuentra bajo gestión de otra gerencia funcional u otro director de proyecto, en busca de que otros miembros del equipo de proyecto nos deban favores.