Verde cinta de tierra,
que estando ausente llevo por dentro;
olas de Norte y Sur se unen en tu centro.
Roja, azul, blanca aurora,
nació del tajo de una sandía;
un alma de inmigrante fue tu semilla,
y la sangre del indio formó tu orilla.
¡Piedra de cielo! ¡Agua de luna!
Ngobe Bugle, Emberá, Chocó, blanco, negro y Kuna:
perfiles de una esperanza que no se esfuma.
Un paraíso compraron
cuentas de vidrio, telas y espejos;
fuente de juventud para un viejo imperio.
La luz dentro de tu entraña
se transformó en camino de acero,
y nuestra gente en sombras de lo que fueron.
¿Cuándo seremos manos, en vez de dedos?
Con claro oscuro, con socabón,
¡con fiesta y duelo!
Pedazos de corazón formaron tu suelo.
Siempre estaremos aquí, aunque estemos lejos.
En el puente del Mundo. ¡Abiá Yala bin sógue! (Blades, 1999)