REVISTA DIRECCIÓN DE PROYECTOS EDICIÓN ESPECIAL: PANAMÁ | Page 28

El temperamento, es la manera natural con que un ser humano interactúa con el entorno. Puede ser hereditario y no influyen factores externos (sólo si esos estímulos fuesen demasiado fuertes y constantes). Se considera la capa instintivo-afectiva de la personalidad, sobre la cual la inteligencia y la voluntad modelarán el carácter (en el cual sí influye el ambiente); ocupa también la habilidad para adaptarse, el estado de ánimo, la intensidad, el nivel de actividad, la accesibilidad, y la regularidad; el temperamento es la naturaleza general de la personalidad de un individuo, basada las características del tipo de sistema nervioso.

El temperamento será un elemento relevante (de forma subyacente) en diversos modelos de competencias: el triangulo del talento publicado por el PMI, el IPMA Competence Baseline, la ISO 21500, o marcos de trabajo más sofisticadas como DevOps que demandan talentos como scripting, don de gentes y reingeniería de procesos.

Si hacemos foco en lo publicado por PMI, su triángulo representa el conjunto de habilidades que toda persona que practica la dirección de proyectos, programas y portafolios (PPM) debe tener. Un profesional de proyectos, programas, o portafolios tendría:

- Habilidades técnicas (de gestión de proyectos, programas o portafolios),

- Habilidades de gestión de negocios y estrategia, y

- Habilidades blandas (lado del triángulo llamado liderazgo)

Las habilidades técnicas se desarrollan con el conocimiento teórico adecuado, olfato práctico devengado de la experiencia y desarrollo cognitivo constante como resultado del contínuo balance de riesgos, costos, calidad, alcance, etc.

Más que gestión de negocios y estrategia, me gusta parafrasearlo como "conocimiento intenso del negocio", ya que se resume como la capacidad de resolución de problemas de manera imaginativa a través del flujo de valor del sector donde se enmarca el proyecto, y como la habilidad anterior, también hay un "componente" de olfato o "juicio experto".

Y la más compleja de las tres, las competencias conductuales: ética, autonomía, autoliderazgo, coherencia, integridad, capacidad de atención, motivación, interés, curiosidad, autenticidad, responsabilidad personal y social, capacidad de reflexión,proactividad, pasión, resiliencia, lógica divergente, humildad, aprendizaje continuo, empatía, capacidad de síntesis y de argumentación, perspectiva del tiempo, confianza, adaptación al cambio, creatividad, carisma, y pare Ud. de contar. (Sí, hay estudios que indican mas de 7000 expresiones faciales diferentes consecuentes de tantas emociones)

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