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mamíferos tienen también un papel especialmente perjudicial para la salud pública al ser transmisores del virus de la rabia ( Viveros , 2010 ; Betancurth et al ., 2015 ; Bat Conservation Trust , 2016 ).
La rabia es una enfermedad zoonótica , provocada por un virus ARN del género Lyssavirus , el cual provoca una infección aguda del sistema nervioso , cuyo resultado casi siempre es la muerte ( Favi et al ., 2011 ). La transmisión del virus puede ocurrir principalmente mediante el contacto directo con saliva de un animal infectado o a través de mordeduras , pero también se adquiere por medio de aerosoles , exposición a tejidos del sistema nervioso central , heridas en la piel y ocasionalmente por ingestión de material contaminado o procesos quirúrgicos como el trasplante de córnea ( Iowa State University , 2010 ; Berríos , 2016 ). Desde el punto de vista epidemiológico es posible describir dos formas de rabia : la rabia urbana o canina , en la que el perro es el principal reservorio y transmisor del virus a los humanos , y la rabia silvestre , donde distintas especies tales como zorros , mapaches y murciélagos son sus transmisores ( Núñez et al ., 2012 ).
En Chile , la rabia urbana ha experimentado una disminución significativa , cambiando su patrón epidemiológico , desde una forma endémica en la década de 1950 a 1960 , con numerosos casos humanos y animales , a la presentación de casos esporádicos en la década de 1970 ( Favi et al ., 2011 ). Lo anterior es consecuencia de la instauración del programa nacional de prevención la rabia humana , el cual consistió en educar a la comunidad y realizar campañas masivas de vacunación , tanto en las personas expuestas como en la población canina ( Laval y Lepe , 2008 ; Alvarado , 2010 ). Producto de lo anterior , el año 2010 el país es declarado libre de rabia canina ( variantes virales V1 y V2 ). Desde 1991 , sólo se ha aislado virus rábico procedente de murciélagos , es decir , del ciclo de rabia silvestre ( Escobar et al ., 2014 ), caracterizando un patrón epidemiológico de endemia en murciélagos ( Alvarado , 2010 ).
La importancia de los murciélagos como reservorios del virus rábico radica en que la infección en ellos , a diferencia de lo que ocurre en los mamíferos terrestres , no incrementa la mortalidad en la colonia ; por el contrario , la colonia genera una gran respuesta inmunitaria humoral que perdura durante aproximadamente 12 meses , lo que les permitiría permanecer como fuente del virus por largos períodos de tiempo ( Carrera et al ., 2006 ). Actualmente en el país se describen 4 variantes genéticas de virus rábico transmitido por murciélago , que corresponden a los reservorios T . brasiliensis , Histiotus sp ., Lasiurus sp . y M . chiloensis ( ISP , 2013 ).
Los quirópteros son animales muy sociables , forman colonias en sus refugios las que pueden llegar a un millón de individuos y utilizan vibraciones de la laringe para generar ondas de ultrasonido las que liberan aerosoles que pueden transmitir la enfermedad al interior de la colonia ( Han et al ., 2016 ).
Además , el hecho de que los quirópteros desarrollaran huesos huecos ( para reducir su peso y así facilitar el vuelo ), conduce a la ausencia de médula ósea lo que limita la producción de linfocitos B , de esta forma , se cree que los murciélagos son capaces de conservar una gran cantidad de virus sin llegar a enfermarse ( Han et al ., 2016 ). Por otra parte , el murciélago tiene una gran facilidad para cambiar de localización constantemente y no posee muchos depredadores naturales , lo que
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