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el sector ya mencionado. Esto coincidiría con los afectados por la fragmentación de los bosques, lo que se
resultados obtenidos por Alegría-Moran et al. (2017) en complementa con lo reportado por Rodríguez-San Pedro
la región Metropolitana, donde la mayoría de los casos y Simonetti (2015), quienes sostienen que T. brasiliensis
positivos a virus rábico se localizaron en el sector oriente no parece verse afectado por la fragmentación del
de la región, el cual correspondería a las áreas más paisaje, posiblemente debido a que es una especie
pobladas. adaptada a volar en espacios abiertos y no depende de
zonas forestadas para forrajear. De hecho, los mismos
Lo mismo ocurriría en Valdivia, según Alvarado, en un
estudio realizado en 2010, en el cual se evidenció que la
mayoría de los murciélagos afectados por virus rábico se
encontraban concentrados en el centro de la ciudad. Los
casos correspondieron por excelencia a T. brasiliensis, a
excepción de uno ocurrido en 2005, identificado como
M. chiloensis.
autores mencionan que es muy común encontrar a esta
especie en ambientes urbanos, áreas agrícolas e incluso
en plantaciones forestales (Pinus radiata) en la zona
central de Chile.
Galaz y Yáñez (2006) mencionan que los murciélagos son
animales muy sociales y de hábitos gregarios, pudiendo
encontrar millones de individuos en un refugio. Esto
Segun nuestros resultados, más del 50% de los provoca que haya una gran proximidad física entre ellos,
murciélagos capturados se encontraron en viviendas y lo que podría aumentar la posibilidad de que el virus de
aproximadamente el 27% en edificios, lo que podría ser la rabia se transmita con facilidad entre los integrantes
explicado por la tendencia antropofílica de T. de una colonia (Han et al., 2016). Sin embargo, según
brasiliensis, el cual utiliza habitaciones humanas como Davis et al. (2012), la rabia tendría una baja
abrigo y acostumbra a vivir en tejados y piezas transmisibilidad dentro de las colonias, debido a que
abandonadas, no así L. cinereus y H. macrotus, los que únicamente
tienden a tener hábitos más bien solitarios (Galaz y desarrollan la enfermedad. Por otra parte, afirma que las
Yáñez, 2006; Alegría-Moran et al., 2017). De hecho, cepas virulentas resultan fatales para los murciélagos
según Loeb et al. (2009), las edificaciones de la ciudad durante la fase centrífuga de la migración del virus, por
pueden proporcionar una mayor variedad de opciones lo que éste no lograría alcanzar las glándulas salivales
de descanso que las que se encuentran en sectores no antes de la muerte del murciélago, en consecuencia, no
urbanizados. alcanzaría a ser transmisible. Por su parte, Han et al.
los
animales
inmunocomprometidos
(2016) sostienen dentro de su mismo estudio, que
Según Ossa (2010), el aumento de casos de murciélagos
positivos a virus rábico en algunas regiones, podría ser
explicado por la urbanización intensiva, lo que
conllevaría a la fragmentación de los bosques y, en
consecuencia, a la pérdida de hábitats de quirópteros, lo
que los obligaría a desplazarse hacia las zonas urbanas.
Sin embargo, De Lucca et al. (2013) postulan que los
durante el invierno los murciélagos que hibernan, como
es el caso d e T. brasiliensis en Chile, disminuyen su tasa
metabólica, lo que conseguiría suprimir la respuesta
inmune y, por lo tanto, retrasar la eliminación del virus
rábico de los murciélagos y así disminuir su trasmisión.
Esto, complementado al hábito que tienen los
murciélagos de exiliar a los integrantes enfermos, podría
murciélagos son los mamíferos que se ven menos
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