Revista de filosofía Volumen 001 | Page 14

La relación Identidad-Alteridad Las filosofías propuestas por Platón y Aristóteles parten de lo político para abordar diferentes campos como el antropológico, epistemológico, ético, gnoseológico, entre otros. Ya en cuanto a la identidad y alteridad, se puede decir que los dos filósofos mantienen una distancia que surge desde sus teorías antropológicas. Por un lado, (Platón, 1988) en sus diálogos III y V encuentra una dicotomía que presenta al hombre como la relación entre el mundo de las ideas representado por el alma y regido por la razón y; el mundo de la corporalidad, cárcel del alma y motivado por las pasiones. Este dualismo irreconciliable se encuentra también presente en la identidad alteridad, ya que a pesar de que estas dos nacen del carácter diverso del hombre. En Platón la diversidad genera una contraposición entre la identidad movida por la corporalidad y la alteridad producto de la razón. Y, por otro lado, encontramos la teoría hilemórfica de Aristóteles que presenta al hombre como la unidad entre su espiritualidad y su corporalidad (Aristóteles, 1994). En este sentido, el hombre se considera un ser que busca el equilibrio entre los desniveles producto de su carácter espiritual y corporal. Para Aristóteles (1995), en el libro III de la Física, identidad y alteridad ya no se presentan separados producto del espíritu y el cuerpo, sino que trascienden tanto al espíritu con los valores morales, como a lo corporal con necesidades biológicas. Los aportes de Avicena a dicha discusión agregan un grado mayor de complejidad en tanto sus proposiciones parten del concepto de amor desde una visión construida a partir de un fundamento médico y filosófico. Para el identidad y alteridad son dimensiones humanas explicables a partir del entendimiento del amor como enfermedad y como fuera; como enfermedad es visto desde un carácter melancólico, “que lleva al hombre hacia sí mismo