Revista Crece "Paternidad" | Page 5

MUJE R E S ¿Poner límites o no? E sa es la disyuntiva de muchos padres para quienes el comportamiento de sus hijos los toma un día por sorpresa, a pesar de lo mucho que les muestran su amor y cuidados. Entonces, se dan cuenta de que los límites son la solución, pero no saben cómo aplicarlos. La iniciativa de poner límites puede generar un gran temor, en especial cuando los padres conocen el mal carácter de sus hijos y cuando saben también que sus hijos están al tanto de sus flaquezas y debilidades a la hora de disciplinarlos. No obstante, aunque hayan pasado años de mal comportamiento y su participación ante esto fuera pasiva, nunca es tarde para tomar las riendas. Los límites son el mejor recurso que pueden aplicar los padres. En el momento en que decidas poner límites, por absurdo que quizá les parezca a ellos, y hasta a ti mismo, estos siempre serán la mejor estrategia para enderezar a ese muchacho torcido y darle paz a su alma. El Dr. H. Norman Wright explica que la clave está en que te mantengas firme al establecer los límites, y que sea mucho más de lo que tus hijos lo hacen con respecto a sus demandas. Es decir, cada vez que logras ganar en alguno de los aspectos de la vida diaria, le envías un mensaje directo a tus hijos de quién es el que tiene el control. El objetivo de los límites es el de equipar a los niños con sabiduría, y no solo crear máquinas que obedezcan órdenes. Cuando estableces lí mites, le exiges a tu hijo que se haga cargo de una situación y asuma las responsabilidades de las consecuencias. Por eso es que los límites deben fijarse con antelación y los padres deben estar dispuestos a cumplir con lo dicho. Aquí Recursos que te pueden interesar de editorial • uni l i t EL LLAMADO SUPREMO DE LA MUJER es donde fallan muchos padres, pues ajustan los límites a las circunstancias. Por ejemplo, su estado de ánimo, sus temores o frustraciones. Los límites entre padres e hijos son senderos establecidos, no necesariamente de común acuerdo, pero sí entendidos por ambas partes. En estos límites, el menor se mueve a través de opciones que puede tomar con determinadas consecuencias. Si existen límites, el niño sabrá lo que es un comportamiento aceptable y lo que no lo es. Por consiguiente, si hay constancia y coherencia en el cumplimiento de los límites, el niño aprenderá a conocer a sus padres y se dará por vencido en cosas que sabe que solo le traerán problemas. Es cierto que los niños responden o actúan de formas inesperadas que nos dejan sin palabras. Sin embargo, mantén la calma ante actitudes que quizá te abrumen. Acepta el reto de instruirte y adquirir sabiduría, a fin de saber cómo responder o actuar, sobre todo cuando se trata de superar los dos objetivos principales de los niños: extender los límites y frustrar a los padres hasta el enojo total. No claudiques ante las exigencias de tus hijos, pues una de las mejores maneras en las que un niño puede aprender a ser inseguro es cuando se da cuenta de que tiene más poder que sus padres. En su lugar, navega por encima de las circunstancias, ocupa tu papel de padre y ajusta un código de límites que los protegerán a ti y a tus hijos, aun en medio de la confusión constante. Ahora bien, ¿qué límites necesitas establecerles a tus hijos? No tengas temor... ¡tú puedes hacerlo! Al final de la jornada, te sentirás satisfecho por criar a un niño que se transformó en un adulto responsable. SEAN GRANDES PADRES 5