REVISTA CONSULTORIA #76 SUPLEMENTO PYMES | Page 52

como en la gobernanza, en la gestión de los recursos, flujos e interacciones entre las áreas de la organización, etc. • PMO de soporte en donde facilitan a varios proyectos de la organización con conocimientos históricos, proce- dimientos y lineamientos, guía en ge- neral o en particular sobre algunos proyectos, métricas de todos los pro- yectos a la Alta Dirección. Hay una transición en donde el acatamiento de estos lineamientos establecidos por la Oficina de Proyectos no es opcional sino obligatorio. • PMO estratégico, en donde el nivel de conocimiento es tal que ayuda di- rectamente al consejo directivo para establecer, modificar, reestructurar y dar forma al camino que debe tomar la organización. Conforme el grupo de la PMO se va confor- mando, normalmente los elementos que de la misma oficina de proyectos toman el con- trol tanto de una serie de proyectos como de las actividades dentro de la misma ofici- na al servir ya sea de guía, soporte, métricas a los proyectos, etc. Es un trabajo arduo da- do que en ocasiones las mismas organiza- ciones deben comenzar con establecer por escrito los procesos, procedimientos, flujos 50 REVISTA CONSULTORÍA NÚM. 76 de trabajo entre áreas, formatos y medios de comunicación con tiempos y todo sin caer en una burocracia, sin sentido sobre todo cuando se trata de una PyME y no de una transnacional que sí necesita una infinidad de procesos hasta cierto punto. Este camino de “formalización” debe ser también paula- tino para que la madurez vaya permeando a lo largo y ancho de la organización por- que como es de esperarse, los cambios no son siempre bien recibidos. Al final, sin importar el tamaño de la organi- zación ni su giro, en cualquier caso, seguir los estándares internacionales y las metodo- logías ampliamente reconocidas, permiten ponerse al nivel de las organizaciones líderes en los diferentes mercados y a la par, ir for- jando la cultura y la educación para que se vuelva el día a día, logrando con la práctica la maestría. Me gustaría también que dicha práctica pueda darse, sin la necesidad de esperar a que pongan el ejemplo en el ámbito públi- co, de manera que las prácticas internacio- nales no tengan que tropicalizarse con las leyes mexicanas, sino realmente internacio- nalizar nuestras dependencias públicas con el fin de que se logre un mejor desempeño para el bien de la nación.