Revista Casapalabras N° 36 Casapalabras N° 36 | Page 93
reminisencia
Patricio Herrera Crespo
Q
uito tiene un Museo del
Pasillo. El presidente de
la República, Lenín Mo-
reno Garcés, principal impulsor de
este proyecto, lo inauguró conjun-
tamente con el alcalde de Quito,
Mauricio Rodas, y el presidente de
la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
Camilo Restrepo Guzmán.
Este nuevo centro cultural es en
realidad un Museo-Escuela del Pa-
sillo y está ubicado en la esquina de
las calles García Moreno y Bolívar,
en un edificio señorial de tres plan-
tas, construido en 1907, con 1.200
metros cuadrados.
El Museo
Según Mario Godoy, coordina-
dor del proyecto, al ingreso estará el
piano de doña Corina Parral de Ve-
lasco Ibarra, y en la primera planta
habrá una visión sintética de lo que
fue la música andina. Estarán dos
objetos de impacto: una réplica de
la vihuela de Santa Marianita y una
botella silbato. Varios instrumentos
musicales, esculturas, cabina de ra-
dioteatro, discos de carbón, etc. Al
fondo la cantina ‘El Aguacate’ con
un escenario.
En el segundo piso esta-
rán los bustos de los más gran-
des cantores y compositores de
música ecuatoriana, en especial
del pasillo. El tercer piso es des-
tinado a la Escuela del Pasillo.
En cuanto a los instrumentos mu-
sicales, se contará con el requinto
de Homero Idrovo, donado por
Consuelo Vargas, y el requinto de
Segundo Bautista. Se está elabo-
rando una réplica de la guitarra
hawaiana de Luis Alberto Sampe-
dro, la primera guitarra eléctrica del
Ecuador, cuyo original reposa en el
Museo Pedro Pablo Traversari de
la Casa de la Cultura. Precisamente
esta institución ha colaborado deci-
didamente en la conformación del
museo entregando en comodato, de
la reserva de su museo de música,
una trompeta de bronce, un clari-
nete de plata, una tromba de bron-
ce, un trombón de bronce, una flau-
ta de plata, un oboe de madera de
boj, un piccolo de plata y una tuba
de bronce.
El pasillo
«El pasillo es un producto ar-
tístico mestizo, urbano, de la época
republicana. En inicio se trató de
un baile popular, cuyo nombre se
debería, según la versión más acep-
table, a la manera de bailarlo, con
pasos cortos», según el libro Pasillo
y pasilleros, de Edwin Guerrero.
Al referirse a su origen, se dis-
tingue el pasillo-baile, que podría
ser una danza francesa llamada
passe-pied que, luego de pasar a la
península ibérica, llegó con emi-
grantes portugueses y españoles al
Caribe, y de allí a Centroamérica,
luego a Colombia y Ecuador. Hay
autores que afirman que el pasillo
se introdujo a Sudamérica por Co-
lombia y Venezuela.
Por otra parte, el pasillo-can-
ción aparece y tiene su apogeo en
el siglo XX. Al respecto, Guerrero
afirma que su origen puede estar en
el fado portugués, el bolero español
y las habaneras. Hay también en el
pasillo reminiscencias de los cantos
morunos que llegaron a Andalucía.
Afirma que la mayor parte de las
primeras composiciones con texto
se realizaron sobre los versos que
no fueron escritos para los com-
positores, sino que se inspiraron en
ellos y los musicalizaron.
Dice Ketty Wong en su libro
Música ecuatoriana (premio Casa de
las Américas 2010) publicado por
la CCE, que «el pasillo es, en esen-
cia, un poema de amor musicaliza-
do», y coincide con Edwin Gue-
rrero en que en los años veinte y
treinta del siglo pasado los músicos
populares componían los pasillos
seleccionando primero los poemas
para luego musicalizarlos.
La Casa de la Cultura acaba de
publicar la obra El pasillo, en cua-
tro volúmenes, que incluyen uno de
partituras.
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