Revista Casapalabras N° 36 Casapalabras N° 36 | Page 89

Nicolás Kingman, hermano del pintor, asegura que la obra fue descartada por un jurado confor- mado por Jacinto Jijón y Caamaño (arqueólogo y directivo del Parti- do Conservador), Isaac J. Barrera (historiador de la literatura ecua- toriana) y Carlos Manuel Larrea (historiador), todos de pensamien- to de derecha, aunque premiada por Gonzalo Escudero —uno de nuestros grandes poetas—, Pablo Palacio —uno de nuestros ma- yores narradores—, ambos de iz- quierda, junto a Antonio Salgado, un acreditado escultor, autor de la Fuente de la insidia que desubicada y todo embellece con sus focas y el desnudo femenino un cruce de avenidas en la ciudad de Quito. Frente a la versión de Nicolás Kingman, escritor y periodista activo, los registros del Salón in- cluyen exclusivamente el nombre de Manuel Mena (director de la Escuela de Bellas Artes y secreta- rio del Concejo Municipal), como jurado de admisión para el Salón 1934-1935. El Salón de Mayo Como se ha dicho, se dieron largos períodos sin convocatorias y sin exposiciones. La respuesta fue abrir otros salones, algunos paralelos al Mariano Aguilera pero ninguno consiguió perdurar. En 1939 el Sindicato de Escri- tores y Artistas, cuyo secretario general era el poeta Jorge Reyes, estableció el Salón de Mayo, que «daba cabida a todas las ten- dencias, puesto que valiéndose de innumerables formas puede plasmarse la creación artística del espíritu humano», y que «no estableció premios de ninguna clase, con el fin de evitar dispu- tas», según José Alfredo Llerena y Alfredo Chaves, autores del libro La pintura ecuatoriana del Entierro de una niña negra, Galo Galecio. siglo XX. Los expositores fueron José Enrique Guerrero, Oswaldo Guayasamín, Eduardo Kingman, Guillermo Latorre, Luis Mosco- so, Diógenes Paredes, Carlos Ro- dríguez y Leonardo Tejada. En el segundo salón de 1946 se concedieron nuevos premios por primera vez y en escultura ganó César Bravomalo. A más de los artistas que concurrieron al pri- mero, participaron, entre otros, César Andrade Faini, Gerardo Astudillo, Alba Calderón de Gil, José Espín, Piedad Paredes, Galo Galecio, Germania Paz y Miño, América Salazar, Segundo Ortiz y tres extranjeros: los refugiados ju- díos Olga Fisch y Carlos Kohn y el holandés Jan Schreuder. Se ex- pusieron un total de 169 obras. Al año siguiente «las obras enviadas se redujeron a la mitad, pero había mayor selección». Entre los nuevos expositores figuraban Pedro León y Bolívar Mena Franco. Los salones de la Casa de la Cultura En 1967 la Casa de la Cultura organizó la exposición Testimonio Plástico del Ecuador: en el catálogo el presidente de la institución, Ben- jamín Carrión, con su inalterable optimismo, anotó: «El Ecuador, dueño de grandes nombres de la plástica continental en la Colonia y los primeros años de República, ha mantenido ese primer puesto en la época contem- poránea. Sin olvidar las lecciones universales, está hallando su voz, su estilo y su raíz. Esta muestra es la presencia digna de nuestro país en la escena del arte universal». A la muestra concurrieron algu- nos de los ya citados y otros como los hermanos Gilberto y Juan Al- meida, Félix Arauz, Carlos Vicente Andrade, el cubano René Alis, la argentina Iska Kraal, los alemanes 87