Revista Casapalabras N° 36 Casapalabras N° 36 | Page 71
Li agacha la cabeza y se marcha
murmurando malas palabras en su
idioma natal. Palabras que el gordo
francés no entiende. Palabras que
nacen en su interior y que están
retenidas en su cabeza y que salen de
su boca como mariposas negras.
una clínica lejana, casi a las afueras
de París. Shui fue a verla en compa-
ñía de Donatien.
Al verlos llegar juntos, Li se
asombró pero no dijo nada. La di-
ferencia de edad era muy notoria,
podrían pasar fácilmente como el
padre y su hija e incluso como un
abuelo y su nieta. Li estaba muy
delgada y moribunda. Tenía una
rara enfermedad. Le pidió dis-
culpas por todo, por su ausencia
prolongada. Le dijo que el hombre
que tanto la perseguía era un vie-
jo amante que la acosaba que por
suerte se alejó de su vida, que no
tiene sentido hablar de él, que ya
eso quedó en el pasado. Shui solo
asentía con la cabeza y no decía
nada. Shui y Li lloraron juntas
agarradas de la mano. Donatien a
lo lejos, guardaba distancia, no dijo
nada. A los pocos días, Li dejó de
respirar. Él la abrazó con fuerza a
Shui y le dijo que lo sentía mucho.
Shui lloró mucho.
’ ’ ’
Una noche la vecina de su casa,
al verla caminar por la calle le dijo
que quería conversar con ella, que
había algo que nunca le había di-
cho, que era importante que le
cuente.
—Dígame qué es lo tan impor-
tante —dijo Shui, en medio de la
calle, mientras caía una leve garúa.
—No te dije toda la verdad,
Shui, es sobre Donatien. Hubo un
silencio como de película muda…
Él era la pareja de tu madre. Él es-
tuvo loco por ella, la acosaba, pero
al verla que envejecía y estaba en-
ferma, la dejó esperando por una
china más joven… Su debilidad
son las chicas jóvenes y más sin son
chinas. Sospeché que él se enamo-
raría de ti como lo hizo con tu ma-
dre. Pero déjame decirte que cuan-
do tengas más edad, es muy posible,
que te deje por otra más joven, es su
mal, dijo la vecina.
—Ya lo sabía, dijo Shui con voz
ronca, mi madre me lo dijo en chi-
no ese día final en la clínica. Me lo
imaginaba por la forma en que se
miraban… me tuve que vengar y lo
hice con su correa favorita. Ahora
su cuerpo debe estar más frío que
una carne cruda. La vecina se que-
dó atónita y no supo qué más decir.
Shui se dio media vuelta, cruzó la
calle de forma apresurada bajo la
lluvia que caía en ese rato por las
calles de París.
Augusto Rodríguez
(Guayaquil - 1979)
Periodista, editor y catedráti-
co. Ha publicado quince libros
en varios géneros como poesía,
cuento, ensayo y novela en paí-
ses como España, Francia, Mé-
xico, Rumania, Estados Unidos,
Chile, Cuba, Perú y Ecuador.
En cuento, ha publicado: Del
otro lado de la ventana (2011),
Los muertos siempre regresan
(2012) y El hombre que amaba
los hospitales (2017). En novela:
5079 archivos secretos. Obtuvo el
Premio Nacional de Poesía Da-
vid Ledesma Vázquez (2005), el
Premio Nacional Universitario
de Poesía Efraín Jara Idrovo
(2005), el Premio Nacional de
Cuento Joaquín Gallegos Lara
(2011). Fue finalista del Pre-
mio Adonáis (2013), finalista
del Premio de Crónicas Nuevas
Plumas, México (2014) y fina-
lista del Premio Herralde de
Novela (2016). Parte de su obra
poética está traducida a once
idiomas. Editor de El Quirófa-
no Ediciones y de Visor Libros
Ecuador. Director del Festival
Internacional de Poesía de Gua-
yaquil Ileana Espinel Cedeño.
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