Revista Casapalabras N° 36 Casapalabras N° 36 | Page 50

Altas horas El día que mi padre me decía al oído: Be careful, it´s my heart Louis Armstrong dictaba en el oído lo que nunca cantó. Otro hombre perfecto fue su dueño. Cantores, militares, ya no viven aquí. Vive Daniela/ El eterno retorno de la canción que pide cuida mi corazón de alturas y cemento. Y por la suerte cuido. Levísima es la suerte a la que doy memoria.   Hija mía. Sé libre ama con esperanza/ con ingenuidad.   Una taza de té empecé a tomar hace años y hace más tiempo removía la carne temblorosa que tomaría el té. Desde ese temblor escribí, escribí: ahora cuento las palabras que quedan sin contaminar. Dentro de mí el piso 23 la escuela el corazón que cae, Tú eres ese cuerpo sin fragmentar intacto.   48 Hija mía soy libre te amo con esperanza/ con ingenuidad. Quédate cerca de la puesta del sol: quien la fragmenta y disecciona no puede hacer que el sol se ponga para ti. Quien diseca la palabra no puede hacerte vibrar con palabra alguna. Eso te doy las puestas de sol que fueron las sobre mí las que te inquietarán y aquietarán y esta palabra sin contaminar para que la bebas con fruición como la leche de las altas horas la acunes, aprendas y mastiques y te haga luz en la hora violeta cuando el sol se ponga sobre mí.