Revista Casapalabras N° 36 Casapalabras N° 36 | Page 34

go, donde estudia gramática, arit- mética, geografía y religión, donde se destaca ante los demás por su alto grado de sensibilidad y por el lirismo empleado en sus escritos. Amigos influyentes 32 José Luis Ferris, autor de Miguel Hernández: pasiones, cárcel y muerte de un poeta, en una ampliación de la biografía que escribiera ya hace 13 años sobre Hernández, señala que si bien es cierto eran familia de campo, el padre del poeta español llegó a tener cierto poder de caci- ques locales, debido a su negocio de ganado. «Miguel Hernández fue menos pobre de lo que él dio a en- tender, y si bien es cierto que fue pastor, lo fue de sus propias cabras. Lo que sí es cierto es que sufrió una tremenda humillación al tener que abandonar los estudios primarios, en los que se había destacado, para ponerse a cuidar cabras», apunta el biógrafo. Su padre nunca estuvo de acuer- do con que le dedicara tiempo a la literatura. Le impedía leer o escri- bir de noche, con cierta violencia incluso, para que no malgastara luz, señalan sus biografías. Pero él leía mientras pastoreaba, a escondidas. Como Hernández siempre se des- tacó en el ámbito intelectual, los jesuitas le ofrecieron la gratuidad de los estudios para que continua- ra en la escuela, afianzando más la proximidad que el joven tenía con la Iglesia. En ese ambiente comienza a frecuentar a Ramón Sijé (seudóni- mo de José Marín), «un muchacho enfermizo, que sale poco de casa y que lee mucho. Se convierte en su consejero y le dota de libros». Entre ellos se crea un vínculo de amistad. También frecuenta a los hermanos Fenoll (dueños de una panadería pero con aficiones literarias) y al padre Almarcha, quien también le presta libros. El grupo constituye en Orihue- la una peña literaria, se reúnen para escribir y leer poesía con tinte reli- gioso. Es entonces cuando comien- za a publicar sus poemas en revistas como  El Pueblo de Orihuela  o  El Día de Alicante. En 1934 publican la revista cristiana El Gallo Crisis, de la que solo salieron seis números. En la década del treinta viaja a Madrid y colabora en distintas publicaciones; establece relación con los poetas de la época, Vicen- te Aleixandre y Pablo Neruda; con este último fundó la revista Caballo Verde para la Poesía. A su vuelta a Orihuela redacta  Perito en lunas (1933), donde se refleja la influen- cia de los autores de literatura clá- sica que lee en su infancia y los que conoce en su viaje a Madrid. Otras de sus obras fueron El rayo que no cesa (1936), Viento del pueblo (1937), El hombre acecha  (1938) y Cancionero y romancero de ausen- cias (1938–1941), además de cinco obras de teatro. «Las ideas marxistas del poeta chileno Neruda tuvieron una gran influencia sobre el joven Miguel, que se alejó del catolicismo e ini- ció la evolución ideológica que lo conduciría a tomar posiciones de compromiso beligerante durante la