LA VIANDANTE
Tomás Cohen
Vuelvo al puente que me cruzaste.
Tiembla con el camión.
Mientras, van carros hacia incendios
con sirenas que varan y estilan.
¡Qué veredas, qué ángulos, qué vagones
indicas y enhebras con anillo de árbol!
Perdiéndote, gasto en los suelos
un laberinto con centro de suelas rotas.
Reclamo el naufragio del sabueso
en fuentes traseras de fragancia
y el amo tirón que le marisca,
por igual, ambos reclamo.
Al pasado también cuanto no pasa.
“Otra ficha y lo doy vuelta...”
¡continúa! Haz entonces del ahora,
ensúciame, por último, en blanco.
Urgente demora, columpio siglos
en cuerdas vocales de campanarios
y concierto la liturgia deslenguada
de los videntes que no te vieran más.
Allí, crucifijo, salto del escenario
a sus libros diversos y abiertos como manos
y soy el viento que cambia solas las páginas,
el viento verde sólo en sus hojas,
sus hojas que saben sólo mi canción.
Las arremolino, desbocadas en mi voz
y tiro su estante a mi cuaderno
y retiro el cuaderno de mi libro.
Poema perteneciente al libro De Redoble del
Ronroneo (2014).
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