Revista Cantera Dec. 2015 | Page 33

está estudiando en Yale. La menor es fotógrafa, ha presentado varias exposiciones. Un poco loquita, la jipi de la familia. Todos tenemos plata, esta rumba no se va a terminar nunca. On the route of the nineteen bus! Ir drogada en el carro. Los vidrios abajo, el aire acondicionado prendido, la música a todo volumen. Escuchas London calling, te imaginas que eres una obrera inglesa en los setenta, cantando contra esta hipócrita sociedad, contra la mentira en los medios de comunicación y los políticos. Una raya más y pruebas la heroína. No sé qué hacer con mi vida. Si la red de autopistas de Caracas tiene sesenta kilómetros de largo, y una raya de coca, digamos, tres centímetros, ¿cuántas rayas tendría que esnifarme para recorrer la ciudad entera? Me da igual caerme a pases sola. La gente se aprovecha, terminas con un cuarto de gramo, la esquinita de la bolsa, ganas de más. La casa de mis papás me ladilla, me quiero mudar. Cada detalle es una oda al arribismo. Desde los cuadros comprados en galerías de San Francisco, pasando por la sirvienta con cofia y uniforme, hasta los suelos de granito. Desde las esculturas de bronce en el jardín, pasando por los televisores 3D en cada cuarto, hasta los sofás Chester del salón. Árboles rodeando la casa, enredaderas cubriendo los muros, parterres de bambú, trinitarias creciendo entre los resquicios de la cerca. Blusa holgada, falda de algodón con f lorecitas de colores, collar de cuarzo color turquesa. Primero lo acaricias por encima para que empiece a excitarse. Luego con la punta de lengua lo recorres de abajo a arriba y después de arriba a abajo y después de abajo a arriba. Lo sientes endurecerse con cada movimiento, calentarse, palpitar, hasta que se pone tan duro que parece que va a explotar. Lo agarras con la mano, lo meneas, te metes la punta en la boca. Sientes las venas presionando el paladar. Empiezas a chupar. Al principio despacito. Vas metiéndotelo más adentro, aceleras el ritmo. Aceleras. Nunca te avisan. Otro pase. Otro pase. Hasta mañana. Con Pablo todo es más aburrido. Lo suyo son los números y la oficina, las putas y las camisas mangalarga. Trabaja en una multinacional, buscando el guiso perfecto, alguna cláusula oculta de la que caiga la comisión como una fruta podrida. El negocio saldrá, miamor, el subcontratista me ofreció 150 mil dólares si lo ayudo con la concesión. Se la pasa hablando de lo que se va a gastar. El apartamento nuevo, el carro, la ropa, un viaje romántico a Praga para los dos. Le dijiste que Designfreebies Magazine • www.designfreebies.org • 33 33