Revista Cantera Dec. 2015 | Page 32

32 el agua como combustible, pero las petroleras lo ocultan porque no les conviene económicamente. Hay que escapar de esta enferma Babylon. Jah nos bendice, Jah nos invita a volver en el campo. Algún día me iré a Chuspa, me haré un rastafari auténtico, me dedicaré a sembrar mi conuco con puro amor por la Tierra que engendra y da vida. Haré música desde la Tierra, para ella, solo con mi guitarra. La primera vez que esnifé fue en casa de Maximiliano. Estaba tan borracha que no me podía mantener de pie. Fui a recostarme en uno de los sillones de la sala. Desperté cuando alguien preguntó tarjeta de crédito y otro respondió billete. Vi 4 hermosas líneas blancas, perfectamente simétricas, f lotando sobre el cristal de la mesa. Todo ha venido acelerándose desde esa noche. Como este carro que baja rabiosamente por la autopista. Respira hondo. Un pase. Otro pase. Mi papá y mi mamá se preocupan. Ay pero qué le habrá pasado a ella. Tan bella, tan inteligente, tan sensible. Si lo contradecía o le preguntaba si había tomado anfetaminas otra vez, me gritaba. Después de un tiempo empezó a pegarme en público. Me llamaba borrega del sistema, me tiraba al suelo, me daba patadas. ¿Será que me limo el tabique? El día de los 7 gramos para celebrar la publicación de su primer epé rastafari, le entró una paranoia loca. Decía que se había tripeado la vaina por fin, que me tenía pillada, que yo lo estaba espiando para las compañías discográ