de la gente. Vivía encerrado en sí mismo. Por eso tocaba tan bien
guitarra y piano y componía y escribía sus propias letras. El Cheky
lo admiraba demasiado. El Roro lloraba cada vez que escuchaba sus
maquetas. Tomás, el pana-mánager-productor-baterista-percusionista
le conseguía toques en pequeños locales de la ciudad y de Maracaibo y
de Barquisimeto y de Valencia.
Inoportuno el escritor cita a Lyotard y el artista plástico le responde ya
te estás poniendo teórico otra vez. La vida hay que vivirla, pana. Tómate
otro trago. De qué sirve pensar en modernidades y posmodernismos.
Una canción tras otra va sonando. Increíble el bajo en Mistress
Flouxetine y uff, alucinante cómo entra la guitarra en Lonsome streets
of Preveral.
Un pase. Otro. Otro. Acelera.
Yo tranquila leyendo Auroras de otoño cuando Carlos se acerca y me
recita ocurre solamente que el movimiento y el calor son como el calor
y el movimiento de una mujer. Levanto los ojos del libro, enamorada
ya, y allí está a él. Alto, delgado, barbudo, con su chaqueta bluyín, sus
Ray Ban y su disociada abundancia de ser. Verso a primera vista.
Mis papás se sienten importantes pero no son nadie. Los pobres. Hace
siglos participaron en la carrera electoral de un tal Alvarez Paz, un
maracucho panzón sin carisma que acabó perdiendo estrepitosamente
contra el falangista Rafael Caldera. Pa’ lante, era su eslogan de
campaña. Qué frase tan estúpida.
Con Carlos aprendí a dejarme llevar, a no enrollarme, a vivir la vida
f low y guguancó. La primera noche nos pegamos una tremenda
rumba de cerveza y tequila y porros y acabamos follando en el suelo
de su cuarto. Enredándonos con los cables, tumbando las guitarras.
Presionábamos sin querer los pedales, componiendo loops distintos
con cada polvo. Desde entonces fui roquera con él, me empapé de su
carisma y su discurso.
La cocaína es la amiga que más nos quiere en el mundo. No exige nada,
lo da todo. Cuando me jalo, los demás desean estar conmigo, nuestra
conexión es la más profunda. Hermanos todos, noches y noches
ref lexionando sobre el amor eterno que nos rodea, sobre cómo el arte
salvará la humanidad. Proyectos creativos acelerados en los que el
cineasta pacta un guión con el escritor, el diseñador se compromete a
trabajar los decorados, y el músico promete que se ocupará de la banda
sonora. El día puede ser duro, podemos haber sido humillados por los
jefes, raspados por los profesores, insultados por nuestros padres. El
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