Revista Cantera CANTERA 9 | Page 39

Un poco atónito, cruzó la calle Venía directamente hacia mí balbuceaba entre sollozos Ese muro es mío ¡Me pertenece! Lo he martillado por días El señor estaba completamente loco pero era tierno Así que continué oyéndolo Tenía la voz húmeda y ronca Descubrí que no me observaba a mí Ni aquel día ni este Miraba el muro intacto romperse detrás mío Su voz se terminaba de quebrar Volteé. Le creí sin ninguna otra razón de una forma peligrosa Sentía algo especial por ese muro aunque la razón me lo negara Aunque me riera de su locura Efectivamente Se rompía Hundido por completo en mi espalda Los pedazos de cemento caían al suelo una tras otro Dejaban formas extrañas Su voz parecía gotear desde las fisuras del cemento Le dije con ingenuidad que yo podía regalarle un muro yo no tenía un muro su muro mi muro o ningún umbral que soportara el peso de un hombre. Mentí descaradamente Algunos muros los construyen los uróboros. 39