Terminada
la
vista,
visitamos
el
tribunal
con
un
guía
que
nos
fue
comentando
lo
más
representativo
y
las
historias
de
las
salas
que
íbamos
viendo.
El
tribunal
supremo,
de
estilo
rococó,
se
asienta
en
lo
que
fue
el
convento
de
las
Salesas
Reales,
fu ndado
por
Barbará
de
Braganza,
mujer
de
Fernando
VI.
Cuenta
con
cinco
salas
que
son
salas:
•
•
•
•
•
Sala
Primera,
de
lo
civil.
Sala
segunda,
de
lo
penal
Sala
tercera,
de
los
contencioso-‐administrativo
Sala
cuarta,
de
lo
social
Sala
quinta,
de
lo
militar.
En
el
centro
tiene
un
claustro
jardín,
además
han
haya
añadido
un
mini
museo
con
toda
la
indumentaria
de
los
jueces
y
magistrados
del
tribulan:
togas,
toisón
de
oro,
puñetas,
retratos
del
rey,
ejemplares
de
todas
las
constituciones
españolas.
El
resto
de
las
salas
cuentan
con
cuadros,
sillerías,
lámparas,
pinturas,
etc.
que
llaman
la
atención
por
su
riqueza
y
colorido.
La
visita
mereció
la
pena
tanto
por
el
juicio,
que
aunque
un
poco
lioso
y
largo,
planteo
muchas
dudas
-‐
quedo
patente
lo
difícil
que
es
demostrar
los
hechos-‐,
como
por
la
visita
al
edificio.