Revista BLI - Invierno 2019 BLI N.1 Invierno 2019 | Page 46

creadores de los mismos y desde allí se fueron extendiendo por todos los países del mundo, transmitidos de boca en boca por los juglares. ¿Qué es lo esencial de este género? El narrador es el único responsa- ble de la atmósfera en la que se desarrolla la historia, por lo tanto, debe convertir su instinto en arte para obtener un cuento que des- pierte el interés y las emociones en quién escucha. A través de la gesticulación, la mímica y la imitación, haciendo un uso controlado de estos elementos, podemos llamar la atención y curiosidad del niño. Otro de los artificios para captar con rapidez la atención del público es un comienzo sorprendente: por ejemplo en El tronco volador de Hans Christian Andersen: “Había una vez un mer- cader tan rico, tan rico, tan rico, que tenía bastante oro como para pavimentar toda la calle y le sobraría, incluso, para un callejón”. O en El soldadito de plomo del mismo autor: “Érase que se era veinticin- co soldaditos de plomo, todos hermanos, pues habían sido construi- dos a partir de la misma vieja cuchara de plomo”. Mirar al público y el arte de la pausa también son mecanismos nece- sarios a tener en cuenta en la narración. El cuento es una fuente inagotable de placer y conocimiento, ya que a través de él ayudamos al niño a introducirse en el mundo de la fantasía, la creatividad y la imaginación y conseguimos su desarrollo integral y global. El cuento adecuado debe contener referencias a las condiciones de vida a las que los pequeños están acostumbra- dos, porque sólo podemos llegar al niño a través de la limitada expe- riencia que tiene, hasta que su imaginación despierte y sea capaz de comprender. Es interesante hacer mención a la clasificación que hace Ana Pelegrín de los cuentos según la edad a la que se dirigen, pudiendo encontrar los cuentos de fórmula (de 2 a 5 años), que son los cuentos mínimos, los cuentos de nunca acabar y los cuentos dis- paratados o acumulativos; los cuentos de animales (de 4 a 7 años), referidos a cuentos en los que se humaniza a los animales y se les da la posibilidad de hablar; los cuentos maravillosos (de 5 a 7 años), que son los típicos cuentos de hadas; y los cuentos de la vida real (de 3 años en adelante), o cuentos de situaciones cotidianas. REVISTA BLI - Invierno 2019 45