Revista BLI - Invierno 2019 BLI N.1 Invierno 2019 | Page 15

Entrevistamos a ... No creo que los libros tengan edad. En mi primera novela, me salió un protagonista adolescente porque lo necesitaba para escribir la histo- ria que quería. La mandé a una editorial que tenía una colección de libros juveniles. Me lo rechazaron porque pensaron que no iba a in- teresar a los jóvenes. Lo mandé a otra editorial de las mismas carac- terísticas y allí se quedó: lleva 30 ediciones. Seguí escribiendo en la misma línea, pero repito, creo que mis libros los puede leer cualquier adulto sin rubor. No sé exactamente dónde está la diferencia entre un buen libro de LIJ (Literatura Infantil y Juvenil) y un buen libro para adul- tos . Desde luego no en la edad de los protagonistas (Romeo, Julieta, Aquiles… eran adolescentes), tampoco en la calidad literaria: yo es- cribo con más cuidado si cabe, cuanto más joven va a ser el lector. El cuidado por el lenguaje ha de ser exquisito, muy especialmente para los más jóvenes, a los que, y soy muy consciente de ello, todo les está formando. Y el lenguaje forma el pensamiento. ¿Qué diferencias principales encuentras entre escribir para adultos y para adolescentes? Como he comentado en la pregunta anterior, nada referente al cui- dado lingüístico. Acaso, que cuando escribo para adultos puedo to- car algunos temas de maneras que no quiero hacer cuando escribo para niños o jóvenes. Acabo de escribir un libro que toca el tema de la muerte y va a salir en una colección para niños a partir de seis o siete años es obvio que de un asunto tan doloroso no se puede ha- blar de la misma manera a un niño que a un adulto. En una novela no pensada para niños, puedo escribir sobre la muerte con cinismo, con angustia, con resignación, con dolor, con rabia, con ironía, con de- sesperación absoluta. A un niño de seis años no le quiero dar eso. No sé si puedo o no hacerlo, pero no quiero. 14 REVISTA BLI - Invierno 2019