Revista Aula Magna | Page 13

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 Peregrinos con corazones nuevos para un mundo nuevo Mensaje al XXI Capítulo general de los Laicos maristas invitados al Capítulo Roma, 19 de septiembre de 2009 Nosotros, los laicos y laicas invitados al XXI Capítulo general, quisiéramos expresar nuestra gratitud por esta oportunidad de estar aquí entre nuestros Hermanos. Deseamos expresar nuestro agradecimiento personal por esta oportunidad de descubrir a Dios presente entre nosotros, compartir la vida en comunidad y hacer juntos un viaje espiritual único. Somos conscientes de que estamos infundiendo nueva vida al carisma de Champagnat, un carisma dinámico y precioso. Hemos participado de momentos privilegiados y sagrados, al abrirnos los Hermanos sus propias vidas, sueños y esperanzas. Este Capítulo nos ha hecho sentir más firmemente comprometidos con las tres dimensiones de nuestro ser marista: más comprometidos con la misión, con nuestra propia vocación y con nuestra responsabilidad hacia los otros Laicos maristas, no sólo en nuestra propia región sino también en las otras regiones del mundo. Sentimos una inquebrantable necesidad de unirnos a los demás: primero, desde nuestra humanidad, con nuestras faltas y defectos, nuestros dones y talentos; y luego, como pueblo de Dios en busca de un lugar mejor para nuestros niños y jóvenes, especialmente los más pobres. Reconocemos nuestro lugar en la historia del desarrollo de nuestro carisma y del Instituto, y nos llevamos las conversaciones y sentimientos que hemos compartido, algo único, vivido en este momento y lugar histórico. Aula Magna Nº 13 Nuestras preocupaciones Unidos a la gran expectativa puesta en el Capítulo y sus miembros, al igual que ustedes, no queremos defraudar los ideales y esperanzas expresados durante los días que hemos estado aquí. Sin embargo, llevamos con nosotros algunas preocupaciones, tanto personales como institucionales, que nos gustaría compartir con ustedes: ■ Que en nuestras realidades cotidianas no demos prioridad a la voluntad de Dios, tal como se ha expresado en el Capítulo. ■ Que en nuestras acciones y hechos no cumplamos siempre el sueño del fundador y dejemos a veces a los niños y a los pobres fuera del corazón de nuestro trabajo. Nuestros recursos económicos y humanos deben usarse para el bien de los niños y jóvenes. ■ Que, a pesar de la acción del Espíritu en nosotros, el temor a perder, sufrir y cambiar, pueda bloquear nuestra marcha para responder con audacia y resolución. ■ Que el buen espíritu de este proceso vocacional pueda debilitarse en algunas comunidades y a causa de algunas personas, por falta de comprensión y aceptación de los Laicos maristas como compañeros de camino, corresponsables en la misión y la vocación. Nuestras esperanzas También compartimos con ustedes estas esperanzas: ■ El deseo de comunión que sentimos los laicos maristas entre nosotros y con los hermanos, y el creciente diálogo que compartimos cada vez con mayor profundidad. ■ El caminar que, durante estos años, hemos vivido juntos Hermanos y Laicos, compartiendo vida, misión y espiritualidad con pasión, generosidad y alegría. Sabemos que la vocación laical marista es una realidad que no tiene vuelta atrás. ■ La apertura del Capítulo a la fuerza del Espíritu, su sensibi