Revista Aula Magna | Página 10

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 “Entonces ¿cuál es el futuro?” La respuesta del científico fue: “Keep talking” (sigan hablando)… Eso era lo que estaban haciendo ya los jóvenes. Creo que esto es una invitación a construir sobre nuestras diferencias, no eludiéndolas, porque somos realmente diversos. Recordad aquellas preguntas que nos hacíamos al inicio: ¿En qué es correcto el que piensa distinto de mí? ¿Qué parte de verdad tiene el que piensa de manera diferente a la mía? Por tanto, el diálogo es una invitación a aprender a resolver los conflictos –que siempre habrá, pues en todo grupo humano siempre hay conflictos- desde el diálogo sincero y fraterno y no desde la evasión. Recordaréis que en el Informe del Consejo saliente, en un momento reconocíamos que más de una vez, ante el conflicto, habíamos optado por evitarlo, en vez de afrontarlo con un diálogo sincero. Por lo tanto: el aprendizaje del diálogo. d) LOS RECURSOS ESTÁN EN EL GRUPO No olvidemos, además, que los recursos están en el grupo; hay que creer en ello. Al principio del Capítulo teníamos nuestras dudas de si esto iba a funcionar… Todas las posibilidades estaban aquí. Lo que pasa es que no habíamos tenido oportunidad de abrir la puerta y ponerlas en funcionamiento. Es una invitación a sacar lo mejor que cada persona y cada grupo lleva en su interior. e) LA INTERNACIONALIDAD Y, finalmente, el aprendizaje de la internacionalidad. Creo que hemos vivido como nunca este factor de la internacionalidad de manera abierta y profunda. Creo que es el gesto profético de que otra globalización es posible. Nos llevamos también esta tarea de la internacionalidad a nuestra casa. La pregunta es si estoy dispuesto a pagar el precio para que nuestro Instituto sea cada día más global, más solidario internamente, con una mayor interacción entre todos. Este es el primer punto y los cinco aspectos que me llevo como tarea. Aula Magna Nº 13 En el Informe del Consejo general, recordarán que hablábamos de las víctimas de la globalización y cómo los niños son las primeras víctimas. Y el Papa actual, en su homilía de la noche de Navidad, hacía mención de estos niños a los que se niega el amor de sus padres; hablaba de los niños de la calle, de los niños soldados, de los niños víctimas de la industria de la pornografía u otras formas abominables de abuso. Y decía literalmente: “El Niño de Belén nos invita a hacer todo lo posible para que termine la tribulación de esos niños, a hacer todo lo posible para que la luz de Belén llegue al corazón de los hombres”. ¿Qué aprendizajes, qué tareas nos podemos llevar para casa? a) Seguir esa invitación del Papa a hacer todo lo posible. Hacer todo lo posible para seguir avanzando en el camino de poner al Instituto, prioritaria y visiblemente, al servicio de los niños y jóvenes pobres, cualquiera que sea el rostro de esa pobreza. En nuestras obras actuales, en obras nuevas… hacer todo lo posible. Y cuando miramos el mundo a través de los ojos de los niños pobres reconocemos también el eco de esa pregunta que me encontré en el famoso libro “¿Quién se ha llevado mi queso?” –un libro para hombres de negocios muy famoso en su tiempo-. ¿Qué harías si no tuvieras miedo? Esa es, probablemente, una buena puerta para hacer todo lo posible. b) Expertos en la evangelización y en la defensa de los derechos de los niños y los jóvenes Me parece que hay dos aspectos muy vinculados a estas opciones de futuro. El H. Seán, en su Circular sobre la vida apostólica, decía que ojalá se nos pudiera reconocer en el futuro como expertos en la evangelización de los niños y los jóvenes. A través de la Pastoral Juvenil Marista, pero también en todos nuestros centros, sean del tipo que sean: ser expertos en evangelización. Y yo añadiría también: ser expertos en la defensa de los derechos de los niños y de los jóvenes. Ojalá que dentro de ocho años, cuando miremos hacia atrás, podamos decir que el Instituto ha dado pasos muy significativos en esta dirección. Nos alienta para ello Janus Kostka, un célebre psiquiatra infantil polaco, escritor, pedagogo, defensor de la causa de los niños, que murió en Treblinka, en un campo de exterminio, donde había sido deportado con los niños de su orfanato a quienes rehusó abandonar. Escribió esto: 2. VER EL MUNDO CON OJOS DE UN NIÑO POBRE Retomo el punto donde empezó Seán, al inicio de este Capítulo. Me parece que fue muy inspirador. Ha sido una gran motivación para nuestro Capítulo, y lo hemos repetido más de una vez: “ver el mundo desde abajo”. Recuerdo algo que ocurrió hace más de veinte años. Hubo una iniciativa en Madrid en la que se invitaba a la gente a que, por un día, vivieran como mendigos, como pobres que piden limosna. Varios hermanos escolásticos hicieron la experiencia de sentarse en un pasillo del Metro y mendigar. Fue muy interesante analizar las reacciones de las personas, unos se acercaban, otros decían una palabra… Por un día pudieron ver el mundo desde abajo. 10 am13.indd 10 24/12/2009 10:43:36