ISMA - Instituto Superior Marista A-730
financiero, otros en la administración pública, otros en el arte y otros
en el espectáculo. Pero, “la mayoría celebraba haber desarrollado la
flexibilidad y las habilidades analíticas, creativas y de resolución de
problemas que otorga la formación científica”. Como dice Ball, “se
necesitan más científicos; dentro y fuera de la ciencia”.
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, año 2001 y autor de:
“El malestar de la globalización”, nos dice: “La educación, la ciencia
y la tecnología serán las claves del desarrollo económico y social
de las naciones”. Por lo tanto, el plan de formación integral de
nuestros alumnos debe incluir un programa alfabetización científica
y tecnológica desde una concepción humanista de la Ciencia, como
proceso y pilar fundamental para acceder y promover una ciudadanía
inclusiva, la producción de bienes, el conocimiento y la comprensión
de una realidad natural y cultural.
Justificada la necesidad – aunque por cierto en forma muy breve –
vamos a detenernos en un posible enfoque para llevar adelante una
propuesta de alfabetización científica y analizar desde qué concepción
antropológica y epistemológica podríamos partir.
La propuesta de alfabetización científica que presentamos, se
fundamenta en una antropología personalista, realista e integradora,
que se vincula a su vez – desde el punto de vista epistemológico - con
los principios doctrinarios y la estructura disciplinar de la Ciencia. Esos
principios que caracterizan a la Ciencia son: el producto científico y el
proceso de la Ciencia.
El conjunto de conocimientos o hechos específicos de la Ciencia (leyes,
principios, teorías, generalizaciones, terminología, convenciones)
acumulados y sistematizados en ideas o esquemas conceptuales
integradores, a través de todo el desarrollo histórico-crítico de
la Ciencia, constituyen lo que se ha dado en llamar el producto
de la ciencia. Las metodologías de la investigación y las actitudes
características del pensamiento científico constituyen el proceso de la
Ciencia.
En la alfabetización científica interesa tanto el producto como el
proceso: se trata de aprender conceptos, modos de pensar y de actuar
que capaciten a cada alumno para desarrollar su propia personalidad
e integrarse como miembro de la sociedad mediante su participación
armónica y equilibrada. Se trata de buscar el desarrollo integral de la
persona y no un desarrollo tecnocrático o meramente racionalista que
tenga en cuenta sólo el aspecto intelectual.
Aula Magna Nº 15
El aprendizaje de la Ciencia no puede ser considerado simplemente
como la adquisición y acumulación de conocimientos. El conocimiento
no es una mercancía que puede ser traspasada; debe concebirse como
fuente para la solución de problemas, para la toma de decisiones
libres, responsables y racionales, para el desarrollo del pensamiento
ético, reflexivo y crítico.
Juan Pablo II en Laboren Exercens señala: “Los conocimientos serán
herramientas para el crecimiento y el desarrollo. El aprendizaje
se alcanza con el trabajo del intelecto, de la voluntad y del cuerpo.
Mediante el trabajo, el hombre se realiza a sí mismo como hombre; en
cierto sentido se hace más hombre”
El conocimiento y la compresión de los conceptos científicos implican
el respeto a un orden natural dado, como base del orden moral y social
para el bien común. Esto significa: conocer, comprender y respetar el
orden de la naturaleza y la jerarquía de los seres vivos. Este planteo nos
da la posibilidad de presentar al hombre como ser inteligente, en la
cúspide de la realidad natural. Un mundo natural en el que el hombre
aparece como síntesis de la realidad y al que se le ha confiado el
cuidado de la realización de su propia vida y es custodio responsable
del mundo del cual forma parte.
Desde el punto de vista metodológico se trata de poner al alcance
de los alumnos distintas vías de acceso al conocimiento: estrategias,
procedimientos, técnicas y recursos relacionados con la investigación
científica, que permitan reconstruir conocimientos con cierto grado de
rigurosidad y creatividad.
Nos estamos refiriendo a procedimientos tales como: la formulación
de preguntas y explicaciones provisorias, a partir del planteo
de situaciones problemáticas, como tentativas de explicación o
interpretaciones probables; la selección, recolección y organización
de la información obtenida a partir de trabajos de campo, trabajos
prácticos de observación y experimentación, del manejo de diversas
fuentes de información bibliográfica, la comprensión de textos
sobre investigaciones históricas; la interpretación de la información
y la comunicación que supone la aplicación de técnicas de registro y
representación de datos; las comunicaciones orales, escritas, el uso de
las tecnologías de la información y la comunicación.
El concepto de la estructura disciplinaria que acabo de señalar, no
es nuevo: lo novedoso es la importancia que en la actualidad se le
da, como consecuencia de la explosión de la información y de los
conocimientos. Al identificar esta estructura bidimensional, se logra
uno de los objetivos básicos del aprendizaje: que el alumno adquiera
actitudes y estrategias que le permitan obtener, profundizar y ampliar
el campo de conocimientos durante toda su vida.
Por lo tanto, considero necesario iniciar desde los primeros años de
escolaridad un proceso de alfabetización científica que implique no
sólo el conocimiento y la comprensió