Revista Aula Magna | Page 12

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 Están mal de la cabeza, yo los he visto. Dicen de algunos que fueron muy importantes, que siempre tienen palabras de aliento; dicen sólo que son MAESTROS y que se sienten MUY ORGULLOSOS DE SERLO (http://iespabloruedaingles.blogspot.com/2011/03/esos-locos-queensenan.html texto del profesor Gabriel Valerio Urea) 5-.Un ideal percibido desde fuera El ideal Marista ¿No pertenecen un poco al pasado los principios pedagógicos, la escuela marista del Padre Champagnat? Los principios de nuestro fundador permanecen porque, en la fidelidad al testimonio del Beato, todos sus discípulos han tenido o tienen la voluntad de adaptarlos a la situación presente: ¿ No es esta adaptación la prueba de la riqueza y la generosidad de las ideas concebidas por Marcelino Champagnat? Antes de dar mi opinión acerca de mi percepción del mundo marista me parece oportuno proponer tres cuestiones preliminares: - El concepto que tengo de los Hermanos Maristas me viene de la lectura de la vida del Instituto, de mis visitas a las comunidades belgas de San-Hubert, Habay, Couvin, Arlón, ... del encuentro con nuestros Hermanos Provinciales, pero también del ejemplo de los profesores laicos de mi escuela, y más en particular, del ejemplo de los Antiguos alumnos, que, como los Hermanos, se han matriculado en la escuela de María . Es necesario para cada miembro de nuestra gran familia, ya sea religioso o laico, profundizar en el conocimiento del espíritu marista. Ningún maestro puede mostrarse indiferente en cuanto a las finalidades asignadas por los Hermanos a sus escuelas. Aula Magna Nº 15 b.- Pero, vayamos a las características del ideal marista. 1. Mi más grande descubrimiento, mi revelación: La escuela marista acoge a todos los niños, y más en particular, a los niños que no tienen nada, respetando así un principio esencial, que impulsó a Champagnat en una aventura pedagógica, que vale la pena conocer… Esta acogida de los Hermanos a todos los niños me ha enseñado que nuestra misión nos pide aceptar al niño tal como es, con sus aptitudes intelectuales más o menos afirmadas y no corno quisiéramos que fuera. Esta actitud es esencial en nuestra manera de hablar del alumno; no juzgarle en el Consejo de clase cerrándole los horizontes pesar de la desigualdad de dones, el Señor afirma la igualdad de las exigencias. Así pues, un profesor marista tiene que rebasar las estructuras oficiales de encuadramiento pedagógico. Seamos gente llenos de dedicación, profesores no avaros de su tiempo, ni de sus explicaciones, tengamos el don de escuchar al niño con problemas, sean del tipo que sea. Hablando de la acogida a todos los niños, nos acordaros de que, en estos tiempos de crisis, tenemos que ser aún más solidarios con los que no tienen nada, y aún más preocupados por su formación. Necesitamos de una pedagogía llena de imaginación. Uno descubre, en el relato de su vida, que el Padre Champagnat ha inventado un método de lectura del que, es verdad, ya no X