Revista Aula Magna | Page 5

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 Aula Magna Que los destinatarios directos de la experiencia pedagógico-misionera, los niños: • Logren mejorar sus aprendizajes mediante la adquisición de una mayor habilidad en la lectura, la escritura y el cálculo. • Crezcan en entusiasmo e interés ante los nuevos aprendizajes logrados. • Experimenten una atención personalizada ante sus dificultades escolares. • Acrecienten su autoestima. • Enriquezcan su experiencia en el contacto con personas de una cultura distinta a la de ellos. Que los docentes de las escuelas que nos acogen: • Logren enriquecerse con nuevos aportes pedagógicos y didácticos. • Sientan el deseo de seguir actualizándose para ayudar mejor a sus alumnos. • Intercambien sus experiencias docentes. Durante las cinco reuniones intensas de preparación de la misión, vimos necesario dejar más claro el objetivo general al interno del grupo misionero. Este objetivo, elaborado por el grupo, quedó plasmado del siguiente modo: Hacer una experiencia de entrega, compromiso y vivencia de la fe en una situación que nos permita testimoniar nuestra vocación cristiana, misionera y docente como alumnos y profesores maristas. A partir de este objetivo general se eligieron cinco actitudes a cultivar en los miembros del grupo, antes y durante la misión. Estas actitudes son: • Abandono en Dios, en su divina providencia. • Oración, comunicación frecuente con Dios. • Fraternidad (vivida en comunidad, comunión, espíritu de equipo). • Servicio generoso, realizado con alegría, humildad y respeto. • Organización responsable y comprometida. Los testimonios recogidos entre los participantes dan prueba de un gran esfuerzo por vivir estas actitudes, si bien en la evaluación de la misión hemos visto una serie de aspectos personales y organizacionales que debemos cuidar más en futuras experiencias misioneras. Como siempre, nos hemos sentido muy bien recibidos por la gente de los distintos parajes, como así también por los directivos y docentes de las escuelas. Hemos podido llevar adelante nuestro programa de acción con mucho apoyo de las comunidades locales. Han sido unos días plenos, de mucho trabajo; días llenos de alegría para los chicos de las escuelas, donde se intensificaron las acciones con respecto a la catequesis, la lectura, la escritura, el cálculo y la recreación. Las visitas a las familias y demás actividades comunitarias (charlas, talleres, procesiones, celebraciones de la Palabra…) resultaron muy enriquecedoras. En algunas escuelas se intensificó el trabajo de promoción humana mediante una serie de talleres de salud y prevención, tejidos, costura, cocina y manualidades en general. Esto ha sido enormemente valioso para los pobladores. En este sentido, somos conscientes de que aún tenemos que hacer mayores esfuerzos para motivar a las familias a la participación, a la creatividad y al cambio. 3