Instituto Superior Marista (A-730)
Aula Magna - Nº 10
que compartimos junto a ellos aprendimos
a quererlos. También aprendimos muchas
cosas del ambiente rural que desconocíamos
completamente.
Realmente fue una experiencia inolvidable que
me ayudó a crecer como persona, a conocer otra
realidad, otra forma de vida, otras costumbres y
aprendí muchos valores.
Detrás de cada alumno se escondía una historia,
muchas veces muy sufrida, que de a poco pudimos
ir conociendo. Los alumnos eran muy respetuosos,
cariñosos y agradecidos. Se mostraban interesados
con las propuestas que nosotras les llevamos. La
asistencia a las clases era irregular ya que allí los
niños tienen otras obligaciones hogareñas como,
por ejemplo, cuidar los animales (ovejas, cabras y
vacas) o ayudar a sus padres en el campo.
Finalmente quiero agradecerle al Hermano Horacio
Bustos la animación y organización de esta misión
pedagógica, y a todos los alumnos y docentes
del Colegio marista de Lugano que colaboraron
con tantas donaciones de ropa, calzado, material
didáctico, juguetes, golosinas, etc.
Por la tarde realizábamos las visitas a las familias
de la zona. Generalmente tratábamos de ir a las
casas de nuestros alumnos para poder conocerlos
un poquito más a ellos y su realidad. Allí pudimos
comprobar el esfuerzo que algunos alumnos
realizan para poder concurrir a las escuelas ya
que viven muy lejos. Ellos van caminando o utilizan
medios tales como el caballo o el sulky, realizando
en algunos casos muchos kilómetros de camino.
Nuevamente, MUCHAS GRACIAS por haberme
invitado!!!!!
Las viviendas son muy precarias. No todas están
construidas de material. Algunas son de adobe,
sin luz eléct ɥ