Revista Aula Magna | Page 7

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 Aula Magna Nº 14 * La necesidad del trabajo en equipo, sea cual sea el tipo de proyecto educativo del que se trate: proyecto escolar de educación formal, proyecto de educación no formal, necesidad de trabajar en la construcción de “verdaderas comunidades educativas” en las que todos sus miembros puedan compartir sus riquezas per­ onales y s participar activa y complementariamente del pro­ ecto común. y * La necesidad de acelerar una mayor participación de los laicos en todos los aspectos de la organización y ani­ ación de los centros m escolares y en todo tipo de obras educativas y apostólicas maristas en las que trabajan. Una necesidad que supone la asunción de objetivos y proyectos concretos y bien definidos, y la formación de todos los impli­ cados en e1los para realizarlos en equipo4. Las otras llamadas Llamada a no encerrarse en sí mismos. - A la comprensión de los nuevos lenguajes y de las nuevas formas de cultura. - A la revisión y adaptación de nuestras relaciones internas y externas. - Gritos, también, de esperanza: gritos de los que luchan por los derechos humanos, por construir la paz, y por eliminar la miseria; gritos de los que trabajan en el mundo de la educación al servicio de la vida y de una sociedad más justa; y gritos de los que anuncian la Buena Noticia. Las grandes llamadas Una lista de prioridades en todo el Instituto. Son llamadas de atención y criterios que tener en cuenta, llegada la hora de actuar. * Llamada a creer en el valor de la “educación cristia­ a”, en la n escuela o fuera de ella y a traducir esta fe en una adaptación a los tiempos “audaz y esperanzadamen­ e”. Las llamadas a la revisión y a t la evaluación, e incluso a la “conversión” y “al desplazamiento”, no contradicen en nada el aprecio apasionado, del sentido pro­ undo de lo f que hacemos. El objetivo educativo conserva todo su valor aunque las circunstancias nos pidan mudar, a veces, los contenidos, los métodos, las estructuras, las for­ as de hacer e incluso los destinatarios y los m lugares de nuestra tarea. * Llamada a creer en el valor de la educación cristia­ a, desde la n escuela, y a prestar una atención particular a algunos aspectos de la evangelización: la preocupación por una verdadera educación integral, la creación de espacios reales de fraternidad, la educación en la solidaridad y en el compromiso, la apuesta por una educación al servicio de la transformación de la sociedad, la integración de la fe y de la cultura, el anuncio de Jesucristo, la oferta de propuestas de acciones pastorales densas y significativas. * La prioridad del testimonio sobre las palabras, del ser sobre el hacer, en la tarea de transmisión de valores, y su importancia como aportación de referencias para la interpre­ ación de nuestros mensajes t verbales. * La importancia de la comprensión del nuevo contexto cultural y la necesidad de adaptar nuestro lenguaje de educadores al de los jóvenes que viven inmersos en él. El compromiso de los encuentros de toda la comunidad educativa. - A la participación activa de todos los alumnos como actores principales. - A revisar los contenidos de algunos programas educativos. - A una presencia más efectiva con quienes se encuentran más desatendidos. - A una solidaridad siempre creciente y con nuevas posibilidades de atención. Observar con atención las realidades Las crisis que nos invaden sin ser notadas y las que se busca interesadamente superar con toda urgencia . Las crisis de economía, de vida religiosa, de política y de fe; las crisis de valores y de sentido social; las crisis de autoridad , de convivencia… Las tensiones y las luchas manifiestas y publicadas y las calladas y obscuras. Los bulling y los sometidos a situaciones de dependencias por todas circunstancias culpables o forzadas inocentemente por el tiempo y la vida misma. Miramos nuestra realidad marista Percibimos entre nosotros muchos signos de vida: vamos comprendiendo mejor la espiritualidad apostólica marista y la vivimos. El Espíritu