ISMA - Instituto Superior Marista A-730
Aula Magna Nº 14
2.- SER EDUCADOR HOY
Entre las perspectivas y
las exigencias del SIGLO
XXI
Por el Hno.Dr. Juan J. MORAL
BARRIO - * Hno. Marista. Lic. en
Filosofía y Letras (Universidad
de Barcelona); Dr. En Filosofía y
Letras (Universidad Central de
Madrid); Investigador; autor de
más de cuarenta publicaciones;
Director de Tesis; Coordinador
de Educación; Formador y
Director de Formandos; Formador de Profesores.
Los rumores, las campañas y las noticias no dejan lugar a dudas: entre
las profesiones exigentes, la de educador; entre las labores arriesgadas,
la de enseñar; entre las funciones no apreciadas socialmente, la
dedicación a desarrollar los valores y las riquezas que hay en cada una
de las personas que podemos educar.
Entrar en las perspectivas del ser, no en las del haber, tener, poseer…
dinero, dominio, poder, prestigio,… si bien es cierto que normalmente
el que ambiciona estos estatus ya no se dedica a la educación.
Mantenerse en equilibrio entre los maximalismos y los minimalismos
de las afirmaciones y de las tendencias en que se toma la vida del
educador. Buscar un término medio entre los vaivenes y despropósitos
a que está sometido en la lucha competidora de la sociedad actual.
El educador de hoy se asemeja a un árbol plantado en la llanura,
sometido al huracán y todo tipo de vientos y aguaceros tormentosos,
pero pasajeros. Lo baten y lo debaten sin tregua. Puede que se sienta
abatido por la rudeza de las tormentas, pero después de la tormenta
recupera el equilibrio y las fuerzas y sigue adelante.
La disposición de Marcelino fue ésta: se dedicó con empeño a observar
y conocer las necesidades de los habitantes de La Valla y de los niños de
su entorno y después propuso los medios para salir de las situaciones
deficientes. Así lo expresa en diferentes documentos que conservamos
todos los vaivenes deben volver a su equilibrada verticalidad, mientras
el viento se aleja y calla. Para mantener una posición sabia serás
necesario ponerse a la escucha de la realidad: La realidad del mundo y
de las cosas; la realidad de la sociedad y sus exigencias; la realidad de
la iglesia y sus movimientos.
General, tiene la carga ideológica de una dinámica pedagógica y al
mismo tiempo indica los caminos de conversión, revisión que la acción
educativa marista requiere.
En efecto entra en las perspectivas del educando requiere bajar a
las limitaciones, necesidades y posibilidades del que tiene menos.
Adaptarse a su objetividad, claridad cercanía, sencillez o al menos
ausencia de dolo. Requiere la presteza la urgencia, la inmediatez del
que enfoca la proximidad. Aceptar la claridad, la limpieza y las otras
disposiciones de transparencia y ausencia de prejuicios de los niños,
jóvenes y personas no maliciadas.
Escuchar los gritos y las llamadas
En realidad, el objetivo último del Capítulo (XX) era reflexio ar y
n
proyectar el “cómo los maristas pueden ser fieles a su misión en los
umbrales del siglo XXI”. Por eso, una parte importante de la tarea
de los hermanos capitulares con istió en acercarse a la realidad de
s
nuestro mundo, en sus tendencias más profundas y significativas, para
“ver” esa realidad y “reaccionar” ante ella desde los criterios de su ser
de religiosos laicos y de educadores cristianos”.3
Los gritos y las llamadas que se oyeron en el seno del Capítulo son los
que hicieron reaccionar a los capitulares:
A resultas de esa mirada, múltiple y diversa dada la varia a procedencia
d
cultural, política y religiosa de los capitula es, los hermanos quedaron
r
impactados por situaciones sentidas como verdaderos “gritos” y
“clamores” que reso aban con fuerza por doquier. El mensaje del
n
Capítulo al Instituto recoge algunos:
- Gritos de los dejados de lado, de los excluidos, de los despreciados,
de los sin voz y sin libertad, de los angustiados en busca de un empleo
y de los desespera os en busca de un sentido a sus vidas en paraísos
d
arti ciales, gritos de los que viven en soledad.
fi
- Clamor de los niños de la calle condenados a una vida inhumana y
clamor de los niños víctimas injustas del hambre y de la guerra; clamor
también de los niños desalentados por el fracaso escolar o marcados
por el fracaso famil