Revista Aula Magna | Page 17

ISMA - Instituto Superior Marista A-730 Informe al Capítulo: “Ha sido interés del Consejo general el potenciar el sentido de pertenencia a un Instituto internacional, así como aprovechar las posibilidades que esa realidad nos ofrece. La Comisión de Misión, desde el convencimiento de que la internacionalidad es una riqueza que debe ser aprovechada, ha potenciado el trabajo en red a nivel continental… Podemos citar como ejemplos del trabajo en red en el área de la Misión, superando los límites geográficos de las Unidades administrativas, la consolidación de una Red internacional de Instituciones Maristas que trabajan en la Educación superior, así como la producción de un documento sobre su identidad y misión, y la oferta en común de un Postgrado sobre Misión y Espiritualidad Maristas a través de Internet para todo el mundo marista con el apoyo de las Universidades maristas de Brasil…; la creación de un equipo internacional para acompañar la Pastoral Juvenil Marista en las Américas; la constitución de un Equipo internacional para elaborar un documento orientador sobre la Pastoral Juvenil Marista para todo el Instituto, etc.”39. Como ven, las IES maristas fueron citadas en el Informe del Consejo general anterior, lo cual creo que es un signo de su creciente implicación en la vida del Instituto a nivel internacional. Por ello, quiero aprovechar la ocasión para agradecerles su apertura y deseo de colaborar, así como su voluntad de contribuir a la vida del Instituto. Fruto del caminar de todos estos últimos años, en que nuestra internacionalidad se ha vivido de una manera más intensa, los miembros del XXI Capítulo general reconocían una llamada a ser “hermanos universales, abiertos y disponibles para acoger la diversidad de nuestro Instituto. Interpelados para ir más allá de nuestras fronteras, dejándonos evangelizar por el otro”40. Y “como hermanos y laicos maristas que vivimos en el mundo globalizado de hoy, estamos llamados a tener un horizonte internacional en nuestras mentes y corazones”41. Yo mismo les decía a los hermanos capitulares antes de que regresaran a sus casas: “Creo que hemos vivido como nunca este factor de la internacionalidad de manera abierta y profunda. Creo que es el gesto profético de que otra globalización es posible. Nos llevamos… esta tarea de la internacionalidad a nuestra casa. La pregunta es si estoy dispuesto a pagar el precio para que nuestro Instituto sea cada día más global, más solidario internamente, con una mayor interacción entre todos.”42 ¿Están también las IES dispuestas a pagar ese precio? A mí me parece que, en este campo, hay al menos dos aspectos en los cuales las IES maristas debieran continuar trabajando: en primer lugar, su oferta de servicios al Instituto (sobre lo cual ya hablé anteriormente, al hacer referencia al Postgrado en Misión y Espiritualidad Maristas, o a través de muchas de las sugerencias incluidas en los cuatro puntos anteriores), y, segundo, su propia manera de organizarse, como Red internacional, para colaborar y trabajar juntas. Es cierto que esa Red incluye Instituciones muy diversas. No todas hablan el mismo lenguaje ni tienen los mismos recursos. Creo que la Red debiera dejar de ser simplemente una asociación de encuentro y de compartir fraterno, para crear, a partir de lo que ya tenemos, una estructura que permita afirmar, apoyar y transformar efectivamente la misión educativa en este nivel educativo, a partir de nuestra fidelidad a la herencia de Champagnat. Creo que no debemos dejar pasar esta hora y la posibilidad que tenemos de crear una Red más coherente y efectiva. No les invito a crear una superestructura pesada que controle y que paralice, que exija grandes recursos, pero entre esto y que todo dependa de la buena voluntad de algunas personas, probablemente hay algún camino intermedio que, estoy seguro, ustedes sabrán encontrar. Conclusión Aula Magna Nº 14 Sabemos bien que ninguna de nuestras Instituciones es inmune a la tentación del elitismo, del crecimiento insostenible, de aparentar lo que no somos, de contentarnos con una excelencia de tipo empresarial. Por ello, estamos llamados a una constante revisión de nuestro ser y actuar, a la luz de la misión que nos ha convocado. Esto implica, me parece, que debemos estar más intencionalmente conscientes de esa misión, al menos con la misma intensidad con la que atendemos a la calidad académica y a los recursos financieros para la obra. La excelencia evangélica es la que nos debe distinguir, y para continuar trabajando en ella me he atrevido a compartir con ustedes algunos de mis sueños. Empecé citando a Shakespeare: “Somos del mismo material del que se tejen nuestros sueños”. Quisiera terminar trayendo las palabras del gran Albert Schweitzer, quien quizás pudiera ser un buen modelo para quienes trabajan en el mundo de la educación terciaria, tanto por la calidad de su investigación y de su práctica, como por la coherencia de su vida: “Cuando era joven oía conversaciones entre los adultos que me llenaban de tristeza. Reconocían aquel idealismo y entusiasmo de juventud como un bien precioso que no tuvieron más remedio que dejar atrás. Temí que también yo, algún día, miraría hacia mi pasado con esa misma carga de añoranza. Y me hice el firme propósito de no someterme a la trágica necesidad de convertirme en un hombre razonable. Desde entonces he intentado orientar mi vida guiado por ese voto que, surgió así en un arranque de juventud. Los adultos se esfuerzan en hacer ver a los jóvenes que aquello que aman y desean no son más que ilusiones. Pero yo he entendido que hay otra manera de salir en ayuda de los jóvenes en su inexperiencia. Es cuestión de animarlos a fortalecer y a desarrollar aquellas ideas