Entre 1940 y 1945 en Polonia, como ya anunciaba el propio título de la exposición a la que asistimos, ni hace tanto ni tan lejos, ocurrió el que fue y será por mucho tiempo, si no para siempre, el mayor atentado contra la vida humana.
Al entrar al lugar de la exposición ya se sentía una fuerte sensación de rabia junto con el impacto que causaban las injusticias que se dieron a cabo en un terrorífico lugar caracterizado por el terror y un régimen injusto.
Con la lectura del primer cartel ilustrado supe que poco me sorprendería mas que aquel resumen en una sola imagen de lo que se dio en tan oscuro lugar.
Una pila de zapatos donde en cada par se podía ver sufrimiento. Mas que una pila de zapatos vi una pila de vidas injustamente castigadas por el racismo que incluye en su larga lista de intolerancias el fascismo contra el que desgraciadamente hoy día seguimos luchando.
Fueron más de seis millones de vidas las que se llevó por delante el fascismo nazi, todo por el proyecto de crear una nueva raza, la perfecta raza aria: alemanes rubios, altos y guapos. Proyecto del que Hitler, un artista frustrado, fue el mayor exponente sin cumplir ninguno de los cánones que su proyecto proponía.
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