RESISTENCIA, la revista 001 | Page 108

Hace no más que algunos días, una noticia se hizo eco en las redes: Andalucía sería la primera comunidad autónoma en incluir la oratoria en su currículo académico.

Esta noticia ha aterrizado en nuestros periódicos, como en El País, y redes en uno de los momentos de mayor convulsión en el plano educativo, convulsión que se debe principalmente a la incertidumbre sobre la dirección de los programas metodológicos, el diseño del sistema y las metas establecidas, como también se debe a la búsqueda de nuevos métodos docentes para alcanzar una mejor educación. En este contexto, fueron principalmente dos las posturas que se formaron en torno al debate (y que a día de hoy sigue abierto):

1) por un lado, aquella que prefiere elaborar un plan educativo orientado a conciliar la educación con la empresa;

2) por otro lado, aquella que opta por desarrollar un plan centrado en una mejor educación independientemente de los planteamientos empresariales.

Como es sabido, no ha habido aún un consenso sobre cuáles deben ser las líneas generales que guíen los planteamientos educativos en España. Y esta falta de consenso no solo se debe a la falta de conciliación entre ambas posturas, sino que además hace más profunda la brecha que las separa.

Mientras tanto, los docentes (bien sean de la escuela pública, como Alfonso Fabregat, Javier Méndez-Vigo Javier, Francisco García López, de la concertada o de la privada, como Juan Carlos Flores Montesinos o Javier-Eladio

Guzmán Villanueva, también entre tantos otros) han desarrollado y probado diferentes metodologías que les permitiera mejorar la calidad de la enseñanza. Como ellos, una gran cantidad de docentes, siempre esforzados, siempre ilusionados, siempre incansables se preocuparon por desarrollar en sus respectivos centros metodologías que facilitaran el aprendizaje; ejemplo de ello serían el IES Cartima, el IES La Biznaga... entre muchos otros de Málaga. Un trabajo silencioso pero presente; un trabajo sordo, pero constante; un trabajo a veces arriesgado y a ciegas, lleno de obstáculos y dificultades, pero un trabajo siempre orientado a conseguir la mejora del aprendizaje. En concreto, estas personas que citaba acabaron confluyendo en el debate como metodología, pero no sin antes haber investigado y puesto en práctica otras tantas. Sin embargo, y a pesar del éxito que han cosechado todas y todos, cada uno de mis (permitidme esta inclusión) compañeros de docencia, la falta de consenso y de amparo político y administrativo ha dejado de lado estas iniciativas.

Y en este momento surge, como decía, la noticia que ha levantado polémica: que la oratoria se colará en las aulas. Y ante esta noticia muchas personas habéis sido las que me habéis preguntado, en público y en privado, sobre cuál era mi opinión al respecto, conocedores la mayoría de mi implicación activa durante casi 10 años en la investigación teórica y práctica del debate junto a personas, por

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