Reportajes Los Jaivas en Argentina - Septiembre 2017 | Page 16

Eso ocurrió desde los orígenes del grupo hasta hoy, más de cincuenta años que no solamente han sobrevolado las alturas del Machu Picchu, sino que también han contribuido al acervo musical continental con trece extraordinarios discos. Entre ellos, Obras de Violeta Parra, que viene muy a cuento porque algo de él –o tal vez todo– el grupo recreará en el marco de “100 Violetas”, el homenaje a Violeta Parra a cien años de su nacimiento, organizado por el ministerio de cultura de CABA. “Nosotros comenzamos nuestra historia en 1963, y desde muy jóvenes, tuvimos una gran admiración por Violeta y su trabajo. Estoy hablando de un tiempo en el que aún no era conocida, apenas sabían de ella aquellos que se dedicaban a hurgar en el folklore chileno… Violeta estaba haciendo su trabajo silenciosamente, recorriendo los campos para recopilar músicas, y hacer su obra”, inicia uno de los Parra, poco antes del concierto previsto para hoy a las 21, en el auditorio de La Usina del Arte (Caffarena 1).

“A medida que se iba conociendo su obra, a aquellos que nos interesaba la música chilena, quienes andábamos buscando la identidad y las raíces, íbamos encontrando en Violeta una referencia, un trabajo serio y profundo. Para nosotros siempre fue una maestra, que nos enseñó a ir reconociendo y descubriendo lo nuestro”, continúa Parra, que no tiene ningún vínculo de sangre con la compositora chilena. Durante su trayecto hasta la publicación de aquel disco (1984) Los Jaivas solían incorporar piezas de Violeta en los conciertos. Una que sonaba mucho era “Run run se fue pa’l norte”. Otra era “Guillatún”, gema de ritmo araucano. Sobre ambas, el grupo imprimía su propio sello basado en una alquimia que no solamente abrevaba en el folklore indoamericano, sino también en estéticas vinculadas al rock progresivo. Así fue, hasta que llegó el disco en que Los Jaivas le entregaron el alma a la artista. “Cuando vivíamos en Francia, a fines de los setenta, una poetisa francesa llamada Eve Grilliquez, que conocía y admiraba a Violeta, conducía un programa en Radio France, que tenía un auditorio maravilloso con sinfónica y coro. Ella quería hacerle un homenaje a Violeta, mediante un programa en vivo, y nos invitó a todos los músicos chilenos que vivíamos en París”, recuerda uno de los dos jaivas que queda de aquella formación.