Reflexiones...para un mundo plural. Reflexiones Volumen 2, número 17 Septiembre 2015 | Page 21

Reflexiones / Septiembre, 2015 21

INVITADO

Ciudad

La concientización turística: una tarea pendiente

(Primera parte)

Por Alfredo Mireles Vázquez

Hace algunos años un buen amigo, el Dr. Oscar Padilla Sellen, del Instituto Costarricense de Turismo, me dijo: “Alfredo, que envidia, que país tan hermoso y privilegiado tienen ustedes, turísticamente hablando: playas, cascadas, montañas, lagos, cañones, ríos, cultu-ra, historia, gastronomía, folclore, cines, teatros, parques de diversión, museos, carrete-ras, etc., etc., y todos los demás etcéteras turísticos que puedan existir”, obviamente yo me sentía ufano y orgulloso de su comentario. Sin embargo cada vez que recuerdo este pasaje, no dejo de pensar que me lo hizo en 1982, y que han pasado ya 33 años y aun siento que no hemos alcanzado nuestro pleno desarrollo turístico. Si bien es cierto, hemos sido bendecidos por Dios, la naturaleza o por quien sea, también es cierto que no hemos sido muy eficientes en desarrollar esta actividad multidisciplinaria como debería de ser, quedan muchas tareas pendientes: señalización adecuada, tarifas justas, respeto por la naturaleza, protección de nuestro patrimonio, inseguridad, conectividad, transportación, mejoramiento del servicio, la formación del personal y otros muchos pendientes que hay que atender.

Sin embargo la tarea pendiente que más me preocupa es la carencia de una Conciencia Turística, la cual nos está haciendo falta hoy más que nunca a todos los niveles, en todas las actividades del quehacer turístico y en todos los puestos de trabajo, tanto de la ini-ciativa privada, como del sector público, así como también de toda la población en general.

Con esto, no quiero decir que todos los mexicanos seamos inconscientes con el turista, o con el turismo, ya que hay un gran porcentaje de personas que tratan de responder a la bien ganada “hospitalidad mexicana” que nos caracteriza como gente amable en el trato con los turistas, o con la frase de Moctezuma “Esta es su casa”. Sin embargo existen mu-chos, a lo mejor muchísimos “negritos en el arroz”, que evidencian lo contrario: taxistas que abusan de los turistas, hoteleros que no respetan las tarifas, guías que engañan con sus narraciones mentirosas, recepcionistas malhumorados, turoperadores que alteran itinerarios y servicios, personal de aduanas que parecen más agentes de la Gestapo, que la primera cara que da la bienvenida formalmente a nuestro país, prestadores de servicios turísticos que ven a los turistas como dólares o pesos caminando, policías de tránsito infraccionando, entiéndase extorsionando a los turistas por supuestas violaciones de tránsito, y la lista podría crecer de manera considerable.

Pero vayamos por partes, ¿Qué es la Conciencia Turística?

Muchos estudiosos han tratado de dar una definición o concepto, no se crean, no es fácil de definir, pero si podemos estar de acuerdo en algo: se trata de una actitud y disposición que debemos de tener para actuar de manera positiva en favor del turista, del turismo.

Así, pues, podemos decir que la Conciencia Turística es la disposición mental y actitud positiva que debe tener una persona en el trato humano y amable con el turista, para con los servicios que ofrece y en lo referente a la conservación y engrandecimiento del patrimonio turístico.

Es importante señalar que en este concepto, la disposición y actitud actúan en tres senti-dos: con el turista, con el servicio y con los recursos que componen el patrimonio turístico.

De nada nos sirve, a los mexicanos, contar con un patrimonio turístico tan rico y tan variado, si no contamos con una conciencia turística individual y colectiva, que nos dé a conocer ante los turistas extranjeros y nacionales, como un pueblo que sabe y gusta ser anfitrión, que cuida de sus recursos y que se esmera en la calidad y calidez en sus servicios.

¿Pero que es la conciencia? Trataremos de describirla de una manera sencilla y práctica: La conciencia es la voz interior del individuo que le indica lo bueno o lo malo de una ac-ción, con la finalidad de que haga el bien y evite el mal.

Por lo tanto es un juicio de razón, al cual una persona somete un acto que cometerá, lo está cometiendo o ya lo cometió y las repercusiones que tendrá en su vida y en la de los demás, con resultados buenos o malos.

En el caso de la Conciencia Turística, esta actúa como una alarma, como un timbre, que resuena y nos avisa si hemos hecho algo mal en contra del turista o del turismo, nos re-procha, nos condena, como se dice nos “remuerde la conciencia”. Pero también nos muestra su aprobación y agrado cuando hemos actuado bien, en conciencia, turísticamen-te hablando.

Ahora bien, la conciencia turística, no es algo que se de en “maceta”, ni surge de manera espontánea, por el contrario es resultado de un proceso que le llamamos concientización turística, es un proceso eminentemente educativo.

Alfredo Mireles Vázquez

Secretario de la Comisión de Turismo del ATAC

Conferencia presentada en la Escuela Superior de Turismo del IPN. 10 de septiembre 2015, México D.F.

Selección Redacción Reflexiones

Foto: es.wildcanyon.com.mx