terremoto causó un corte de energía, dejando
la ciudad sin electricidad. “Nos quedamos
sin luz por tantos días, que vivimos como
cavernícolas”, recitó Laura acerca de los
problemas que la ausencia de electricidad le
causó a la gente.
Afortunadamente, el presidente Miguel de
la Madrid recibió la ayuda de varios países,
e incluso de las Naciones Unidas para
contribuir a la reconstrucción de la ciudad.
México sufrió bastante gracias al terremoto,
miles de vidas se perdieron y la ciudad se
destruyó casi por completo. Aunque algunos
como Laura vivieron esta experiencia a una
edad joven,una tragedia como esta regresaría
para asustarla 30 años después.
“Estaba comprando
guayabas en el tianguis
de la calle, y ahí fue
cuando sentí esa
sensacion de peligro”
Laura es ahora una mamá de tres niños.
Las dos hijas mayores ya estudian en la
universidad UNAM, pero su hijo de diez
años aún va a la primaria en el mero centro
de la ciudad. La fecha es el 19 de septiembre
de 2017. “Como si fuera un destino ya
declarado por el universo, la misma maldita
fecha, 32 años después”, aclaró Laura al
recordarse. “Estaba comprando guayabas en
el tianguis de la calle, y ahí fue cuando sentí
esa sensación de peligro. Rápido me subí al
coche y como loca manejé a la escuela de
mi hijo. Lo que siente una madre al saber
que su hijo está en peligro es inexpresable,
es algo que te activa para hacer lo necesario
para cuidar a tu bebé”. Afortunadamente,
la escuela de los niños no sufrió daños
catastróficos y los estudiantes salieron sin
recibir heridas.
Sin embargo, como en el terremoto de hace 32
años, solo pocos tuvieron la fortuna de evitar
los daños. En total, se estima que hubieron
alrededor de 362 fallecidos. La mayoría de los
cuerpos se encontraban debajo de toneladas
de escombros. El temblor se registró a una
magnitud de 7.1 esta vez, y se pudo sentir
en otras ciudades como Puebla, Guerrero, y
Oaxaca. Respondiendo a la situación, el jefe
de gobierno de la Ciudad de México, Miguel
Ángel Mancera anunció que los obreros de la
ciudad trabajarían hasta rescatar a la última
persona entre los escombros. Gracias al
esfuerzo y la valentía de los que removieron
los escombros, se lograron salvar a 69
personas con vida de los edificios caídos.
“Me preocupo que mis hijos tendrán
que pasar por otra desgracia como esta”,
mencionó Laura para finalizar su testimonio.
“Como adulto, te das cuenta de todo lo
que se puede perder en un evento como
este maldito temblor, y entonces te entra el
miedo para proteger tus hijos a lo que dé
lugar”. Laura es una de las miles y miles de
personas que experimentaron los temblores
más destructivos y mortales en la historia
mexicana.
Como se puede ver, la magnitud de los
temblores causaron un gran caos para el
país, y muchos sufrieron la pérdida de sus
seres queridos. Sin embargo, fue gracias a
la fortaleza y el valor de la gente mexicana
que pudieron levantarse y reconstruir los
edificios, tabique por tabique.
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