proveyeron estadísticas que sustentaban esta discriminación
salarial. Mostraron que el equipo nacional de los hombres ha
producido el doble de ingresos y asistencia en comparación a
los del equipo de las mujeres. Según Sunil Gulati, el anterior
presidente de la asociación nacional, los índices de televidentes
para los partidos masculinos so n bastante mayores que los
que alcanzan las mujeres. Otra controversia que surgió fue
la afirmación que esta queja de las jugadores femeninas era
“errónea, engañosa o ambas cosas al tiempo”.
Aunque las mujeres han superado innumerable obstáculos,
todavía enfrentan muchos conflictos y luchas más. Las
oportunidades presentadas a las mujeres aumentaron
enormemente en los 40 años desde la aprobación de la
legislación de la equidad de género conocido como el título IX.
Esta ley protege a la gente de la discriminación basada en el
género para programas de educación o actividades que reciben
asistencia financiera federal. Dice que ninguna persona en los
Estados Unidos, por motivos de género, puede ser excluida de
la participación, denegada los beneficios ni ser sometida a la
discriminación. Se aplica a los programas atléticos y exige que
mujeres y hombres tengan oportunidades justas para participar
en los deportes. Otros beneficios incluyen el tratamiento igual
en la manera de recibir equipo y suministro; planificación de los
partidos y los horarios de práctica; viajes y prestación diaria/por
día; acceso a la tutoría; entrenamiento, camarinos, instalaciones
competitivas y de práctica; instalaciones y servicios médicos y
de entrenamiento; instalaciones y servicios de las viviendas y
comedores; publicidad y promociones; servicios de apoyo y el
reclutamiento de los atletas estudiantes.
Resulta bastante irónico, porque aunque esta ley fue creada
específicamente para proteger a la discriminación basada en el
género, está fallando en su propósito básico. El Título IX explica
que proporciona igualdad en todos los aspectos a los deportistas
pero todavía no hemos llegado a este punto señalado donde las
mujeres reciban el tratamiento que merecen.
En todos los campos laborales hay mucha discriminación
entre los salarios de un hombre y una mujer, y la mayoría
usan las ganancias para justificar esta discriminación. Pero,
la verdad realmente tiene su origen en la historia de sistemas
de desigualdad y opresión. Si tuvieran la oportunidad, los
mismos recursos, y una inversión a la par de los hombres, las
mujeres serían capaces de superar los niveles marcados por
ellos. No obstante, sin estas equilibraciones justas y necesarias,
se quedan en un círculo vicioso—un ciclo donde sin recursos
no será poisible exceder las expectativas comerciales, y por no
lograrlo, no recibirán los recursos necesarios para hacerlo en el
primer lugar.
La evidencia demuestra grandes disparidades salariales
entre mujeres y hombres. Aquí algunos datos claves:
Equipo Nacional
Mujeres
Hombres
Pago: anual (salario + bonificación)
0 partidos ganados:
$72k + $0
$0 + $100k
(salario + bono)
(salario + bono)
20 partidos ganados:
$72k + $22k
$0 + $263k
(salario + bono)
(salario + bono)
Las mujeres tienen un salario fijo anual de $72k. Los
hombres no reciben salario de US Soccer, sino de sus
clubes en la MLS o alrededor del mundo. Como ejemplo
extremo, en 2017 Michael Bradley se ganó $6.5 milliones.
Pago: partido de exhibición (por jugador)
$3,600
$5,000
Bonificación por partido ganado:
$1,350
$8,166
Bonificación: Copa Mundial (por jugador)
$75,000
$32,500
$20,000
1 o
2 o
3 o
$390,625
$260,417
$52,083
En 2015, el equipo femenino campeón de la Copa
Mundial ganó $2 millones. Mientras tanto, en 2014 el
equipo masculino recibió $9 millones por llegar apenas
al undécimo lugar, sin avanzar de los octavos de final.