puño & letra Winter 2018 | Page 16

texto: AMY BAND arte y diseño: PIPER CHRISTOPHER R osy es una nueva cara en los pasillos de Lincoln. Su historia empieza en San Marcos, Guatemala en el pueblo de Sibinal. Con su padre fuera de país y su mamá fuera de casa, Rosy creció con sus abuelos paternos. Vivía contenta con su vida, pero esto cambió cuando su padre regresó a Guatemala después de unos años. Rosy quería conocerlo y vivir con él para “ver cómo siente estar con una familia feliz, comer feliz en la mesa con mamá [y] papá”. Con el regreso de su marido, su mamá también volvió con él otra vez. La vida con su padre no resultó ser esa imagen de cariño familiar que Rosy había imaginado. “A mí no me comprendía, no me entendía, no me escuchaba” explica Rosy frustradamente. “Yo decía ‘papá, quiero estudiar’, él decía ‘no. Tu eres mujer, y las mujeres no estudian’”. Salvador son conocidos como la región más peligrosa en el mundo para la mujer. Como resultado de las guerras civiles del siglo XX y las deportaciones de jóvenes pandilleros desde los EEUU, El Salvador, Honduras y Guatemala han padecido de varias generaciones de violencia sistemática. Por muchas partes las pandillas ejercen más control que el gobierno y la policía. A causa de todo eso, esta región también ha visto un aumento desproporcionado de violencia contra las mujeres en forma del abuso doméstico y sexual, y aún más perturbante, del femicidio. Pero las cifras, especialmente sobre el abuso doméstico y sexual, son inciertas porque muchas víctimas no denuncian las agresiones. Estas mujeres no se quedan calladas por falta de lógica, sino por la profunda corrupción del sistema de justicia y la misoginia. Muchas ni la oportunidad equitable de buscar un trabajo que pague bien, resulta muy difícil obtener una independencia económica, y muchas siguen con sus maridos por razones de seguridad. Muchas veces, el hogar no es un lugar seguro, sino todo lo opuesto. La cultura dominante del machismo dicta que la mujer tiene que obedecer a su hombre casi por definición. Si no, las consecuencias pueden llegar a ser peligrosas. La violencia del hogar se nota también dentro de otros ambientes, a veces de forma aún más extrema. Aunque las pandillas causan y al mismo tiempo aprovechan del caos en las comunidades. Mujeres y niñas son secuestradas, y obligadas a entrar en la prostitución y el tráfico humano. A veces las designan a ser la novia de un pandillero, en una Heridas machistas La violencia contra la mujer centroamericana El maltrato excedió lo verbal: “Quería las cosas rápido, una cosa que no le hacíamos, nos pegaba”. Como suele ocurrir, era peor cuando tomaba. “Agarraba machetes, cuchillos… a veces teníamos que corrernos de casa e ir a refugiarnos en las noches hasta las once con mi abuela por parte de mi mamá … Era muy difícil, era muy malo”. Rosy vivió dos años más con su padre, y después volvió a la casa con los abuelos que tanto quería. “Fueron momentos muy difíciles. Desde entonces, no tengo comunicación con él.” Más allá de la historia familiar de Rosy, la violencia doméstica es un tema prevalente alrededor del mundo. Centroamérica tiene una reputación particular. Guatemala, Honduras, y El veces las víctimas que denuncian el abuso son ignoradas por las autoridades y el agresor sale sin castigo. Incluso las puedan matar los mismos agresores responsables del abuso original por hablar. ¿Por qué será que las mujeres experimentan tanto abuso sistemático fuera y dentro de la casa? La explicación completa es una unión de elementos como la raza, la política, la situación económica, y más. Eso sí, todo empieza por la base fundamental del sexismo. Como el padre de Rosy nos demuestra, las mujeres de esa región no tienen mucho apoyo para seguir con su educación. Hay papeles socioculturales estrictos que las obligan a ser una esposa complaciente, una criada infatigable. Sin la educación continuación de abuso sexual y violación. Las pandillas también usan a la mujer como un método de manipular a los hombres. Giran su atención a las esposas, hermanas e hijas para presionar a un miembro de una pandilla rival, o a algún hombre que no acate las órdenes hechas por la pandilla local. El aumento dramático de violencia contra las mujeres ha tenido un efecto notable en el número de inmigrantes femeninas llegando a México y los EEUU en los último años. Según una investigación hecha por la patrulla fronteriza de los EEUU el número de mujeres detenidas en la frontera se triplicó entre 2012 y 2014. Para evitar una vida de mala calidad por el control de las pandillas o un familiar