texto: BRAYAN AMAYA
diseño: HILARIO GONZÁLEZ
Mi última semana en Honduras
Me faltaba una semana antes de salir. Fue un lunes cuando
le dije a mi mamá que quería contarle algo. Ella notó en mi
voz que era una mala noticia,
-¿Verdad hijo que es algo triste que me vas a decir? -y
yo, con la cara viendo el suelo le respondí que sí, y con la
voz que me temblaba le dije a mi mamá con un dolor en el
corazón,
-Mami, el lunes salgo para los Estados Unidos.
-Hijo usted está loco -me respondió- Deje de bromear así -y
al mirar su reacción ese dia pues no tuve valor para decirle
nada más y me fui en mi moto a recorrer.
...
Luego el miércoles sabía que tenía que decirle bien esta vez
porque el lunes en la mañana salía. Ella estaba cocinando
los frijoles para las baleadas esa tarde y me le acerqué,
-Mami tengo algo muy importante que decirle.
Ella recordó lo que yo le había dicho el lunes, lo que ella
pensó que era broma. Ahora ya cayó en cuenta,
tenido aquí con nosotros.
-El gusto fue mío -le respondí sin mirarlo casi y me fui para
mi casa.
...
No estaba mi mamá. Prendí la televisión de mi cuarto y
me dormí. Cuando ella llegó me despertó con un beso en la
mejilla,
-¿Hijo, vas a cenar?
Yo con mucho amor cené con ella y mis dos hermanos un pollo
frito con papitas que era nuestro favorito. Bromeamos
entre todos y platicamos de la vida del pícaro de mi abuelo.
...
El viernes fui a la casa de mis amigos con los que me iba
a venir. Cuando llegué a su casa estaban allí adentro y
empezamos a charlar,
-Bro, que duro se siente saber que ya solo nos quedan dos
días con nuestra familia.
-Hijo, ¿es de verdad que se va a ir? -Sí bro -le contesté y luego- vamos a traer unas cervezas
para quitarnos un poco de esto.
Se me hundió el alma y el corazón cuando me miró a los ojos.
Pude ver esa vez el dolor allí al yo decirle que sí. Dejó de
cocinar y se fue con lágrimas para su cuarto. Yo también
lo sentía tanto, y salí a tomar. Regresé tarde esa noche. Y nos fuimos con su hermano y él a tomar. Regresamos a
su casa no muy tarde porque igual tenía que ir a trabajar
mi último día.
...
Me levanté temprano el jueves y mi mamá ya estaba
despierta. No tuve el valor de ni tan siquiera decirle buenos
días pero noté que ella había estado llorando bastante.
Me fui al trabajo en el barrio Virrey de Macuelizo, Santa
Bárbara. Llegué al taller a las siete y estaba mi patrón.
-Maitro -yo a él no le decía patrón sino maitro- En la tarde
quiero platicar con usted de algo muy importante.
...
El sábado llegué temprano al trabajo y ese dia lo disfruté
mucho con mis amigos de trabajo. La pasamos bromeando
sobre lo que había aprendido y los errores que tuve antes
cuando todavía no sabía soldar bien.
Se hicieron las cinco de la tarde y recogimos todo. Llegó el
momento duro de decirle adiós a mi trabajo que me gustaba
mucho y la tristeza de despedirme de mis compañeros y
de mi patrón.
Luego empecé a trabajar, que ahí yo pintaba carros y
también soldaba chasis. Todo el día estuve pensando en
cómo le iba a explicar que esta sería la última semana mía
por acá. Ya a las cinco de la tarde y me llegó el maitro, -Fue un placer mijo, y qué Dios te bendiga -me dijo antes
de irme para mi casa.
-Recógete las herramientas que ya es hora de que te
vayas para tu casa. Solo me bañe y salí otra vez, ahora a despedirme de mi
novia a su casa.
-Maitro, ahorita le voy a decir lo que tengo que decirle. -Bebé, este es el último día que te miro porque me voy el
lunes a las cuatro de la mañana.
-Está bien -me respondió- está bien.
Le conté con mucha tristeza porque ya tenía medio año de
estar trabajando allí.
-¿En serio te vas a ir? Pues fue un enorme gusto haberte
...
Ella llorando me dijo que si estaba seguro de lo que estaba
haciendo.
-Ya lo pensé bien bebé, y me voy. Te llevo en mi corazón,
junto a los bellos recuerdos que pasé contigo.