Grandes Viajes 11
PUERTA DE EMBARQUE - Octubre 2017
jarnos llevar por el crujido que provoca
el roce del viento en las cañas del bambú.
El bambusal está incluido entre los 100
paisaje sonoros de Japón.
El cruce de Shibuya. Se dice que has-
ta 10.000 personas pueden llegar a cruzar
simultáneamente esta famosa encrucijada
en el corazón de Tokio. Rodeado de ras-
cacielos y enormes pantallas luminosas,
es todo un espectáculo, en especial por la
noche. No muy lejos se encuentra el barrio
de Shinjuku, por cuya estación de trenes
transitan a diario más de tres millones de
personas. Una de las peculiaridades de este
barrio son las callejuelas estrechas del Gol-
den Gai, con sus tiendecitas y minúsculos
bares, la mayoría de los cuales cobra entra-
da (cover charge). Posiblemente uno de los
rincones más auténticos de la ciudad.
Hakone - jinja.
Entra en el “universo” Akihaba-
ra. En este barrio no son templos lo que
sorprende al viajero. Lo llamativo de Aki-
habara es que en este lugar encontrarás
cualquier aparato tecnológico, gadget o
artículo relacionado con el manga que
puedas imaginar. La Casa Mandarake, es-
pecializada en este género, tiene una es-
pectacular tienda de ocho pisos donde
comprar de todo. Los “maid café” son
otra de las atracciones populares del ba-
rrio que impactan a los extranjeros. Son
cafeterías donde las camareras visten
como maids, es decir, doncellas de servi-
Santuario de Toshoghu, en Nikko.
Escoge tu templo preferi-
do. No será tarea fácil porque
Ramen con fideos caseros.
Algunos restaurantes te permiten prepa-
rártelos a tu gusto, escogiendo los ingre-
dientes. Originalmente, los okinomiyaki
eran una comida propia de las clases más
humildes, porque permiten aprovechar
todo lo que se tenga a mano. Son como la
“pizza” japonesa y se acompañan con té
verde, cerveza o sake. Este último viene
a ser el “vino” de Japón, pues tiene una
graduación similar, aunque se elabora a
partir del arroz, pudiendo ser dulce, seco
o semi, y tomarse frío o caliente.
son muchos y muy bellos los
templos y santuarios para visi-
tar en todo el país. Entre ellos,
Fushimi Inari, con sus icónicas
puertas naranjas que trepan por
la montaña de Inari, y el san-
tuario de Toshoghu, en Nikko,
dedicado al primer shogun de
la familia Tokugawa. Hay tem-
plos que llaman la atención por
su delicada estética, otros por
su perfecto encaje en el paisaje
o por su grandiosidad. Alguno
de todos ellos será tu preferido.
Lo que suelen tener en común es su es-
tructura, la puerta tori, el paseo que con-
duce hasta el templo en sí, el espacio de
purificación con su pileta, y el lugar de
ofrendas donde se quema incienso. Y si
queremos contemplar el buda de madera
más grande del mundo, de casi 15 me-
tros de altura, debemos visitar el templo
Todai-ji, en Nara, en tiempos capital del
país. No hay que olvidar que el budismo
es la religión más seguida en Japón.
Bambusal de Arashiyama.
Piérdete en el bambusal de Aras-
hiyama. Cerca de la ciudad de Kyoto -a
unos 10 minutos en tren- descubriremos
uno de los paisajes más espectaculares
de Japón: el bosque de bambú de Aras-
hiyama, al que se puede acceder por los
jardines del templo Tenryu-ji. Un ser-
penteante camino lo atraviesa, invitán-
donos a adentrarnos en su interior y de-
cio, aunque sus vestidos son mucho más
escuetos y provocativos que los que se
usaban antiguamente. Si buscas algo cu-
rioso, pero no tanto, opta por los cafés de
gatos; son acogedores y te ofrecen la re-
confortante experiencia de acariciar a los
mininos que circulan libremente mientras
despachas un buen pedazo de tarta.
+Info: turismo-japon.es