RACIONALIDAD: Se requiere el establecimiento de objetivos
claros y precisos encuadrados en el contexto de la realidad. Es
la utilización de recursos para alcanzar no sólo una buena
efectividad, sino una máxima eficiencia.
CONTINUIDAD: Las metas jamás deben ser abandonadas,
cumplidas unas, se perseguirán otras, de lo contrario iríamos
en contra de los principios de racionalidad, eficiencia y
planificación misma.
INHERENCIA: La planificación es inherente al hecho educativo. Se
hace necesaria para alcanzar los fines, objetivos y metas de la
educación. Una buena planificación nos permitirá el incremento de
la calidad y la eficiencia de la educación desviándola definitivamente
del camino del empirismo y de la improvisación.
PREVISIÓN: En los planes debe presentarse los lapsos definidos
en que se ejecutarán las diferentes actividades. Así mismo, se
deberán prever y jerarquizar los recursos necesarios para su
realización.
Abg. Rodzabeth Montes