¿PINTAMOS? Face & Body Painting España Nº 10 Abril 2015 | Page 4

4 ¿Pintamos? … o lo que en castellano castizo sería: “¿Perdonaaaa?”. Los angloparlantes se refieren a esos momentos de nuestra vida pinturil en los que lo inoportuno de un comentario o una acción provoca, en el mejor de los casos, movimientos nerviosos en uno de nuestros párpados y, según la situación, el latido persistente y la hinchazón de las venas del cuello y las sienes. ¿Aún no sabéis de qué os hablamos? Vamos a repasar algunos de ellos y seguro que os sentís identificados con la mayoría. Poneos en situación: un evento con pintura facial gratuita, una cola de niños que parece no tener fin, un painter que no da abasto con las cajitas de arco iris y un niño que, tras horas de espera, se sienta en tu silla y te dice “Mmmmmm, es que aún no sé lo que quiero...”. ¿Perdonaaa? ¿Llevas dos horas esperando bajo un sol de justicia, con carteles con decenas de diseños para elegir y no has podido pensar antes lo que quieres?. Luego está la niña que, también, con docenas de niños esperando quejosos, se sienta decidida en la silla y suelta: “Un camello” (Léase un camello como podría ser un lemur, un tótem, un velociraptor o cualquier otra cosa que, por supuesto, no tenemos ni idea de cómo pintar). ¿Uh?¿Y no preferirías un arco iris, o flores, o una corona de princesa?¿O una corona de arco iris con flores?. “No, un camello”. Dentro de este mismo grupo están los niños que lo quieren “todo”. Algo así como “Un unicornio azul con un lepracaunt sobre él, con un arco iris y un caldero de oro y un castillo al fondo rodeado de hielo”. Vale, te has ganado un spiderman. Y rapidito. Pero los que se llevan la palma con sus “eye twich moments” son los padres/ madres de las criaturas. Entre ellos, podemos distinguir dos grandes grupos: los que menosprecian nuestro trabajo y los que lo admiran fervorosamente. Los primeros suelen regalarnos frases como “Pero...¿tú no vives de esto, no?” “¿Esto no es como un trabajo de verdad, no?””Ah, claro, que utilizas plantillas y pinturas multicolores.¡Así cualquiera!”. Los segundos son casi peores: son esas personas cuyo aliento puedes sentir detrás de tu oreja mientras pintas, ansiosos por no perderse detalle de lo que haces; esas personas que te acosan a preguntas que no tienes ninguna