PASOS. Revista digital del IES Sáenz de Buruaga. Nº 1. Abril de 2019. | Page 8

EL TURUÑUELO: RESTOS TARTESOS EN EXTREMADURA

“El Turuñuelo es importante porque el estado de conservación del yacimiento nos está permitiendo conocer cosas, técnicas o modos de vida de los tartesos que para nosotros eran completamente desconocidas", AFIRMA Esther, codirectora del yacimiento, JUNTO CON SEBASTIÁN CELESTINO PÉREZ, DIRECTOR CIENTÍFICO DEL INSTITUTO DE ARQUEOLOGÍA DE MÉRIDA-CSIC.

¿Quiénes son los tartesos?

esther: Los tartesos son el resultado de la unión de la población fenicia y la población que habita en la península Ibérica cuando los fenicios llegan. Llamamos tartesos a una cultura que tiene elementos locales que se heredan de la época final del bronce, y al mismo tiempo, tiene elementos orientales. No quiere decir que todo el territorio tartésico sea homogéneo, pues el tarteso que habita en Cádiz o en Huelva tiene unas características particulares, y el que documentamos aquí, en el Guadiana, que se relaciona con el Turuñuelo, tiene también características distintasque le vienen marcadas por la población que habita aquí junto con esos elementos orientales.

¿En qué consiste el descubrimiento del turuñuelo?

Esther: El Turuñuelo es una pequeña elevación en el terreno. Es artificial, es decir, que se ha creado de manera intencionada. Al ocultar una construcción, ellos la rellenan con arcilla, y luego lo que se genera es una especie de pequeño cerro que, a la vista de alguien que va al campo, llama la atención. Tal vez en la antigüedad pasara completamente desapercibido, ya que es una pequeña elevación en el terreno, y en el momento en el que se descubre el Turuñuelo, el estado de conservación en el que el yacimiento se encuentra permite estudiar la cultura tartésica, y nos permite conocer cómo se vestían, cómo se alimentaban... y todo eso permite reconstruir el modo de vida de un tarteso.

¿Es Extremadura rica en yacimientos de tartesos?

Esther: Aparte del Turuñuelo, tenemos muchos ejemplos como la Mata o el Tamborío. Además, tenemos constancia de la existencia de bastantes yacimientos en torno al valle del Guadiana, aunque no se conocen todos, ya que algunos han sido destruidos por los sistemas de regadío. Así que sí, Extremadura es bastante rica, en ese sentido.

¿Con qué respaldo institucional cuenta el yacimiento del Turruñuelo?

Sebastián: Nosotros trabajamos con un plan de investigación del Estado. A partir de este proyecto de investigación se hizo un examen por el Guadiana, que es cuando se descubren algunos yacimientos, y elegimos uno de ellos para intervenir. Empezamos con unos fondos FEDER, que son de la Unión Europea. La Junta de Extremadura se incorporó en 2015, y luego, a partir de ahí, con la Diputación de Badajoz, que es la que vio el yacimiento y vio el potencial que tenía, comenzamos a excavar.

¿Hay una mayor implicación de las instituciones tras la difusión nacional de la riqueza del yacimiento?

Sebastián: Sí. En un principio las autoridades tomaron distancia, porque veían que era demasiado grande y potente, y que iba a conllevar un gasto enorme. Ven el yacimiento y se asustan un poco. Con el transcurso de las investigaciones, entienden que es necesario implicarse, porque el yacimiento es de primer orden.

¿Qué ha significado para ustedes personal y profesionalmente el descubrimiento del yacimiento?

Esther: El descubrimiento del yacimiento es una gran satisfacción porque, cuando llevas tanto tiempo estudiando una cultura, intentando entender a gente que lleva 2.500 años muerta, que el Turuñuelo te abre un abanico de posibilidades para estudiar cosas que antes era impensable, por ejemplo, la dieta, la vestimenta que llevaban, qué tipo de rituales realizaban, cómo era su día a día... esto es, hacernos muchas más preguntas de las que nos hacíamos con anterioridad, y lógicamente, quiero pensar que este yacimiento es el sueño de cualquier arqueólogo.