PASIÓN POR DIOS SALVACIÓN PARA EL MUNDO Beata Concepción Cabrera. Laica · Mística ·Apóstol | Page 19

Segunda Obra de la Cruz Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús E n 1894, Concepción Cabrera de Armida tiene la intuición de que exis- tirá una Congregación que se dedicará a consolar el Corazón de Jesús, por medio de una intensa vida contemplativa y eucarística. Ella comu- nica esta intuición a su director espiritual, el padre Alberto Cuscó y Mir, SJ, quien empieza a buscar jóvenes que quieran consagrarse a Dios. Fuimos fundadas el 3 de mayo de 1897 en la Ciudad de México. Concepción Cabrera es nuestra fundadora. A ella le debemos nuestra vida en la Iglesia. Desde su condición laical, siempre estuvo cercana a nosotras. Acompañó los primeros pasos de la Congregación. Redactó nues- tras Constituciones –junto con el padre Félix de Jesús Rougier– y escribió numerosas cartas a sus hijas, las Religiosas de la Cruz. De ella recibimos apoyo en lo referente al carisma y también en lo material. Por ellos me consagro www.religiosasdelacruz.org.mx /ReligiosasdelaCruzVocaciones Nuestra vocación está marcada por la bús- queda continua de Dios, en una vida sencilla de soledad, silencio, contemplación, hermandad, trabajo y, especialmente, de adoración a Jesús Eucaristía, que es el centro de nuestra vida. Tene- mos conciencia de nuestra misión de intercesión, como nos lo dice el grito misionero de Nuestra Fundadora: «Jesús, Salvador de los hombres, ¡sál- valos!» Nuestras casas quieren ser un Oasis, en donde Jesús encuentre consuelo, y la humanidad pueda encontrarse con Dios. Abrimos nuestros espacios para ejercicios espirituales, retiros o para mo- mentos de oración silenciosa. Difundimos la Espiritualidad de la Cruz, sobre todo por medio de libros y publicaciones. Ejerce- mos el apostolado litúrgico especialmente con la fabricación de hostias y ornamentos. Acompa- ñamos espiritualmente a algunas personas que buscan a Dios. Actualmente nos encontramos en ocho países: México, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica e Italia. En nuestro lema, «Por ellos me consagro», se expresa nuestra vida entregada a Dios en favor de los sacerdotes ministros. La Familia de la Cruz 33