Nómadas 02 | Page 30

¡¡UNA MALDITA URRACA!! Sin duda alguna, así es la caza con arco... No se si este relato pertenece a los llamados “relatos de chimenea”, pero es algo que me ocurrió y que demuestra hasta qué punto los pequeños detalles son muy importantes en la caza con arco. Hace ya algunos años cuando los primeros nómadas cazábamos en los cotos que teníamos en la provincia de Guadalajara, me ocurrió un “incidente” que me fastidió el lance a un zorro. Era el mes de Noviembre y se acariciaba ya un invierno frío; desde principios de Octubre se habían cebado los puestos de espera que teníamos en nuestro coto de Almonacid, la famosa Bujeda. Era domingo y como siempre llegamos al pueblo, nos tomamos unos botellines y subimos a la pequeña cabaña donde comimos y preparamos los equipos para la caza. Antonio, el hijo del dueño de la finca, nos indica ( éramos dos cazadores, Manolo y yo) que en la baña del treestand y la del árbol grande (el puesto era en el suelo) habían entrado los cochinos en la noche anterior; no los había visto pero los había oído ya que estaba en una espera cercana, y que nos pusiésemos en éstas, puesto que había posibilidades de que entrasen también aquella noche.