11/30/2017
"La noche de los Lápices"
Durante su secuestro, los jóvenes fueron sometidos a torturas y en distintos centros
clandestinos, entre ellos el Pozo de Arana, el Pozo de Banfield, la Brigada de
Investigaciones de Quilmes y la Brigada de Avellaneda. Seis de ellos continúan
desaparecidos y sólo cuatro pudieron sobrevivir.
Este episodio, por lo tanto, constituye uno de los crímenes de lesa humanidad
cometidos por el terrorismo de Estado.
La mayoría de los jóvenes tenían militancia política. Muchos habían participado,
durante la primavera de 1975, en las movilizaciones que reclamaban el BES (Boleto
Estudiantil Secundario), un beneficio conseguido durante aquel gobierno
democrático y que el gobierno militar de la provincia fue quitando de a poco –
subiendo paulatinamente el precio del boleto- a partir del golpe del 24 de marzo de
1976. Por otro lado, buena parte de los estudiantes integraba la UES (Unión de
Estudiantes Secundarios) y la Juventud Guevarista, entre otras organizaciones.
El Quincho de la Ford, hoy un espacio de la
memoria
Troiani, junto a otros sobrevivientes de la Ford, lograron
que hoy el quincho de la Ford esté señalizado
como un centro clandestino de detención.
El Quincho, antes del golpe fue un lugar de encuentro
y organización obrera que sirvió para poner en pie el
cuerpo de delegados de la fábrica a principios de los
70. Fue ese mismo espacio que eligieron los
empresarios y militares para torturar a la vanguardia
obrera del cordón industrial de Pacheco.
Organismo de derechos humanos y sobrevivientes
exigen la pronta resolución a que se dé inicio a este
juicio. Hasta hoy, después de 40 años, los empresarios y
responsables civiles del golpe militar y el genocidio de
clase, siguen impunes. Sólo el empresario Marcos Levin,
exdirector de La Veloz del Norte durante la dictadura,
fue condenado.
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