Rodriguez – D’Agnillo – Cabrera - Zwenger
Para reemplazar los discos y casetes que salían de la venta por estar censurados, se
distribuían grabaciones caseras y los conciertos se hacían en pequeños cafés o en sótanos.
El año 1978 trae consigo la vorágine del mundial de fútbol, por lo que muchos de los
seguidores del rock ocupan su tiempo con el seguimiento del campeonato que tapó los
gritos de dolor de los torturados, las canciones clandestinas y los estribillos del rock.
El 15 de septiembre de 1980, la dictadura puso en vigencia una nueva Ley de
Radiodifusión. En uno de sus puntos decía: “Las emisoras deben contribuir al
afianzamiento de la unidad nacional, y al fortalecimiento de la fe y la esperanza en los
destinos de la Nación Argentina”. El 23 de octubre, el diario Clarín reprodujo una lista de
242 temas musicales prohibidos. Bajo estas circunstancias, el rock nacional constituyó más
una cultura que un género. A los músicos se les hacía difícil acceder a los sellos
discográficos. Cuando lo lograban, se veían obligados a cambiar repertorios, letras y a
acumular frustraciones con los productores.
En diciembre de 1980, el grupo Serú Girán logró reunir 60.000 personas en Palermo y la
respuesta del régimen militar fue mayor represión.
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“Tu tiempo es un vidrio,
tu amor un faquir,
mi cuerpo una aguja,
tu mente un tapiz.
Si las sanguijuelas no pueden herirte
no existe una escuela que enseñe a vivir.
El ángel vigía descubre al ladrón,
le corta las manos,
le quita la voz,
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García, Charly. (1980). Desarma y sangra. En Bicicleta [CD]. Buenos Aires, Argentina: SG Discos.
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